Os la están colando pero bien con la movida esta del 8-M. Todo eso de huelga de mujeres y demás milongas solo sirve para crispar los ánimos y enhervar a la gente para que vayan más mujeres a la manifestación y que las cuatro políticas del PSOE y Podemos se saquen la foto encabezándola. Con un par de piruetas ideológicas ya tienen preparado el tinglado para que los cuatro talibanes de izquierda vengan a defender lo indefendible (porque imagino que se creerán las chorradas que les han metido a martillazos) y conseguir darle más bombo al asunto.
El 8-M el tema del feminismo es cosa de mujeres, cuando les conviene los hombres también deben participar, en otros casos los de un signo político determinado, y así suma y sigue para lograr repercusión mediática a base de discusiones estériles. El tema es que la rueda no deje de girar y que jamás nos atrevamos a decir que el rey está desnudo porque si no se cae el tinglado subvencional del que muchos viven. Lo mejor es no seguir el juego y dejar que la gente abra los ojos poco a poco, porque atacar las incoherencias de toda esta gente solo hace que se enroquen aún más en sus postulados. La pérdida de las identidades colectivas ha conducido a necesitar militar en causas como el veganismo o el feminismo radicales en busca de sentirse parte de algo más grande; es como el fútbol de gente con ínfulas de intelectual.
Yo me creí lo de que el feminismo va de igualdad, me colaron la moto hasta que vi el dinero que va dirigido a toda esta estafa que solo busca listas cremallera y discriminaciones positivas varias. Que nos dejamos una cantidad de pasta del erario público bestial en eslóganes para cartelería y que los uxoricidios no bajan prácticamente nada, porque no se quieren solucionar las cosas o esforzarse por ello; se quiere dinero y se quiere repecusión. Esta semana los hombres sobramos de las manifestaciones porque arrebatamos protagonismo, hablan de la brecha salarial porque les da miedo asomarse a la realidad de un movimiento que en occidente ya no sabe cómo reinventarse para justificar su existencia.
"Portavozas", con eso está todo dicho, ese es el último gran hito del feminismo patrio. Mientras tanto los temas del Islam, el burka, el machismo indisimulado de la mayoría de América Latina,... quedan en un segundo plano, pese a la gran cantidad de inmigración con esos valores que tenemos campando por aquí. Pero es más sencillo apuntar a los de siempre, a la sociedad española que en los últimos años ha avanzado a pasos agigantados en temas de igualdad. Un discurso incendiario para/con los de siempre que genera rechazo en quienes no compartimos que el deber de mejorar la sociedad solo recae en unos elegidos (en este caso elegidas). Este tipo de acciones están abocadas al fracaso porque apuntan más al sexo de quien habla que a lo que dice.