Iba yo con mis bambas Converse y una muffin en la mano cuando un mengano me preguntó qué hacía, que qué coño hacía con mi dignidad vendiéndome a los hijos de la Pérfida Albión. La Pérfida Albión...
Y miré alrededor y allí estaba la barber shop y el coworking y una tienda de skate, frente al SAT de Apple certificado que regenta un paquistaní. Y allí estaban cuatro guiris borrachos tratando de ligar con paibons nacionales (que si exportan locas yo encantado, pero es que follarse a un inglés debería ser motivo de sobra para perder la nacionalidad).
Aturdido, entré en el Ecomercado y compré un sandwich de seitán teriyaki y un poco de combucha. Cualquier jueves por la tarde.
Y cuando salí allí estaba el mengano diciéndome que qué hacía y me cogió por las solapas y le miré y me miró y mirándonos soltó una lágrima y gritó ESPAÑA YA NO ES LO QUE ERA. Una pulsera verde en su muñeca, junto a otra; Power Balance. Me conmovió sobremanera y recordé el finde pasado: una erasmus que no bebe cerveza porque tiene gluten, un musulmán comiendo jamón importado de China.
Arrodillado, miré al cielo y pensé en Dios y Dios me habló. Era verdad. Todo verdad. He vendido mi culo a las trademarks, soy la puta ociosa de Netflix, los niños ya no piensan Pocoyó. Me doy con un canto en los dientes porque El Juego del Calamar se ponga de moda (Korea, curioso) pero vuelvo a llorar solo en la ducha mientras me masturbo pensando en cómo ha llegado a mí: el extranjero es una franquicia norteamericana, una plataforma de streaming que decide las trends por mí. ¿¿¿QUÉ HE HECHO TODOS ESTOS AÑOS??? Confirmar el relato, darle la razón a los locos que bombardean oriente medio. ¿¿¿DÓNDE QUEDÓ MI CRITERIO??? Más calderón de la barca y menos Disney Plas.
Ayer Joe Biden dijo que cuando iban a cazar al líder del Estado Islámico éste se inmoló. No se lo creen ni las oenegés. No se lo cree nadie. Pero campan por el mundo vendiéndonos su revolución comercial, capitalismo rosa, sostenibilidad obsolescente.
Y me abracé al mengano y le dije que no se preocupase, que a partir de ahora haría todo lo posible por significar España. Abrí un nuevo documento en Google Drive y entré a un Starbucks a trazar mi plan. Estas son mis palabras.
La lucha sigue, hermanes.