No hay un auténtico interés por frenar los precios a la vivienda, porque todos hemos sacado tajada con ellos. Todos, excepto los que han de acceder a su primera vivienda, que son los que soportan todo el peso de la hipoteca por el resto de su vida.
Para empezar, las administraciones locales (Ayuntamientos y demás) se limitan a vender sobrevalorados los terrenos para ayudar a pagar su deuda. En vez de vender los terrenos a los constructores a un precio razonable a cambio de que estos tengan unos límites en los precios de las viviendas que van a hacer, especulan con el suelo para poder pagar el magasto y la mala administración que han llevado a cabo en su gestión. Esto lo podéis ver bien claro ahora en Zaragoza con los terrenos cercanos a la futura Expo, que empiezan a venderlos Belloch y compañía como si fueran a encontrar oro en ellos.
Luego tenemos a los constructores, que ya que han pagado caro el suelo, pues no se cortan a la hora de especular, y te clavan una salvajada por un piso que tiene las paredes y poco más...
Y al final de todo están los vendedores particulares, que viendo que se paga tanto por una casa que hace diez años les costó entre un 20 y 50 por ciento menos, deciden sacar también su tajada y así poder comprarse su querido duplex en la residencia a las afueras de la ciudad (que en unos pocos años será fagocitado por la ciudad, pero mientras les dure la ilusión de vivir en las afueras, ahí les que queda ¬¬) Y todo esto gracias a que los tipos de interés estaban (recalco el hecho de que es un verbo en pasado) bajos, y podían permitirse endeudarse a gusto.
Pero el chollo se acabó, señores! Esta pantomima ha tocado techo, el mercado se ha saturado, y la gente no se atreve a endeudarse para 4 décadas de su vida si no tiene empleo estable, sueldo digno, y tipos de interés estancados. Así que vayan recogiendo sus cosas, esperen a que pase la crisis, revienten o deshinchen los precios, que ya llegarán tiempos mejores en los que podremos volver a especular todos los metidos en el negociazo de la construcción o el mercado inmobiliario (como ofertantes, pos supuesto).
Al fin y al cabo, este país olvida fácilmente sus errores, la gente es una manada de borregos que solo pide pan y circo, y volverá a dejarse llevar por la codicia y el pan para hoy pero hambre para mañana. Tenemos la mierda que nos merecemos.
P.D.: el último que tire de la cadena, a ver si nos vamos ya por el desagüe