Una vez que el pequeño imperio del cazador de ballenas escocés Benjamin Boyd quedó a la deriva y abandonó la región, el emprendimiento de la familia Davidson empezó a salir a flote gracias a la colaboración de las orcas.
Independientemente de que los Davidson fueran justos a la hora de entregar la recompensa a las orcas, existen algunos informes de que estas ballenas asesinas no mostraban interés por colaborar con otros balleneros que se mantenían en la zona, principalmente porque fueron implementando arpones de cañón y armas explosivas similares.
En contraparte, los Davidson llevaban a cabo la cacería con arpones tradicionales y llegaron a reverenciar a las orcas de la misma forma que lo hicieron los nativos en el pasado, a través de acciones que supuestamente les merecieron la confianza de las orcas.
Independientemente de la veracidad de esto último, con el tiempo el sistema se fue refinando haciendo que la vida de los Davidson se tornara relativamente fácil. En la desembocadura de la bahía Twofold esta manada de orcas, como si fueran perros de pastoreo, encapsulaban a cualquier ballena barbada que localizaban cerca de la costa.
Una vez que la manada atrapaba a la ballena en el puerto, durante muchos años un macho enorme apodado el «viejo Tom» se separaba del grupo para dirigirse a la estación ballenera Davidson donde emergía de forma espectacular a la superficie sacudiendo la cola para llamar la atención de los pescadores, dejándoles saber a los balleneros que la manada había atrapado a una barbada en el puerto y alguien debía ir a arponearla.
Además de mantener a las presas encapsuladas y próximas a la superficie, de acuerdo con un artículo periodístico contemporáneo, supuestamente las orcas también arrastraban el bote de Davidson hacia la presa antes que la competencia pudiera llegar al lugar.
En lo que respecta al «pago» por sus servicios, mientras el cadáver de la ballena barbada permanecía asegurado a la embarcación, los balleneros permitían que las orcas consumieran los labios y la enorme lengua carnosa de la ballena, una colaboración que posteriormente sería conocida por los balleneros como la Ley de la lengua., dejando a los humanos los preciados huesos, la carne más central y la grasa.
George Davidson y El viejo Tom.
En la actualidad la mayoría cree que estos balleneros decían la verdad, pues resultan excepcionalmente inusuales los casos donde las orcas atacan seres humanos y hasta la fecha no se sabe de un episodio en que una orca salvaje haya matado a una persona (los casos conocidos son con orcas en cautiverio). Por su comportamiento, el viejo Tom era descrito en las publicaciones periodísticas como «parte de la familia», al grado que George Davidson se hizo popular por haberse dado un baño con el animal.
Pues me acabo de encontrar esta historia en internet de la que no tenia ni idea en la que unos balleneros y una manada de orcas colaboraban para sacar provecho los dos y me parecio muy curiosa y aparte muy creible, si ya me fascinaban las orcas ahora aun mas.
Aqui os dejo el link donde hay bastante mas info https://marcianosmx.com/ley-lengua-pacto-orcas-pescadores-australia/