Parece que mis predicciones de las primeras páginas han resultado ser acertadas. Pero mira que es previsible mi USA y sus acólitos, más que la tabla del 0.
Comenzaré por decir que el sistema socialdemócrata chavista me parecía, me parece y me parecerá una pantomima personalista y populista cuyo máxime exponente para ganarse la simpatía de la izquierda a nivel global fue su política exterior opuesta a USA y su proximidad con Cuba. Rusia o China también cumple esto.
No hace falta más que tener ojos en la cara para darse cuenta de que Maduro es un incompetente e incapaz de solucionar los múltiples problemas que sufre su país, parte provocados, parte mal gestionado. Que su estrategia de acaparar el poder político y militar para cerrar filas solo lleva al alzamiento de más y más grupos opositores y les da alas a aquellos que buscan controlar Venezuela.
Pero todo esto no justifica que una serie de estados, una vez más en la historia reciente, se crean la policía del mundo y deciden actuar al son del Big Brother, USA el vaquero occidental, pasándose por el forro cualquier respeto a la política interna de un país. Y como soy bastante coherente con mis principios, el cual me opongo totalmente a la intervención de naciones sobre otras (de estados ya ni te cuento) excepto en caso de genocidio, me asquea y repugna como mediáticamente se justifica esta legitimización de un golpe de estado. Sobretodo como se manipulan y se emplean los términos al gusto para provocar una mezcla fangosa y pastosa que impide luego el debate sano.
Una vez más, la legitimidad es lo que decidan los señores de las grandes potencias y tu independencia como país secundario solo está subordinada a lo que determinen intereses superiores. Y a mi el imperialismo, sea americano, ruso, chino o árabe, me repugna.