#1 Es raro que le pidan que identifique los de se y no le hayan dado apuntes sobre ello...
pd. le recomiendo que de paso se lo estudie.
Veamos...
Pronombre personal.
Equivale a las formas del dativo a él, a ella, a ellos y a ellas, por las que puede ser sustituido. Su función es exclusivamente la de complemento indirecto. Se antepone siempre a los pronombres lo, la, los y las: Se lo dije, se la llevamos a María, se los presentaste, se las vendimos. Es compatible con la forma pronominal tónica: Se lo contó a él, se la encomendaron a ella, a ellos se lo dieron en la calle, se lo encargaron a ellas. En el lenguaje literario puede aparecer amalgamado con el verbo, lo que no es frecuente en el uso oral: Escuchábaselo a su madre desde que era niña.
Pronombre reflexivo.
La persona a la que hace referencia el pronombre es la misma que la del sujeto de la oración. Desempeña dos funciones: a) Complemento directo (la acción que realiza el sujeto recae sobre él mismo): Elisa se alaba. b) Complemento indirecto: Mario se corta las uñas. El pronombre reflexivo puede aparecer reforzado por las formas a sí mismo, a sí misma, a sí mismos, a sí mismas. Se une a la forma verbal algunas veces en los textos escritos: Mimábase cada día más.
Reflexivo causativo.
En español existen ciertas construcciones en las que aparece se como un falso reflexivo haciendo de complemento directo: Marta se peina en la peluquería, o de complemento indirecto: Se construyó una casa en la sierra. En estos casos el sujeto no realiza por sí mismo la acción verbal en su propio beneficio, sino que otro u otros la ejecutan para él.
Pronombre recíproco.
Se encuentra en oraciones cuyo sujeto es múltiple (dos o más personas) y la acción que realiza cada uno de ellos recae sobre los demás, al mismo tiempo que recibe la que realizan los otros. Sus funciones propias son las de complemento directo: César y Ana se quieren, e indirecto: Antonio, Matías y Ángela se envían mensajes a través del ordenador. Para marcar aún más esa reciprocidad se pueden utilizar expresiones como respectiva, mutua o recíprocamente; entre sí, unos a otros... Unido al verbo forma construcciones como: Desafiábanse con la mirada Pedro y su hermano.
Componente verbal.
Aparece unido a verbos pronominales que no admiten en español su conjugación sin la inclusión del pronombre (pronominales obligatorios). Se analiza junto con la forma verbal porque, al estar gramaticalizado, forman parte de ella: Se mofó de aquella situación; Se fugó de la cárcel. Se usa también como pronombre enclítico: Quejóse amargamente.
Enfático.
Con algunos verbos pronominales ocasionales, se puede tener una función puramente enfática, resaltando el interés o la complacencia que el sujeto ha puesto en la acción expresada por el verbo; es posible prescindir de él sin que por ello pierda significado la frase: Se comió todo el asado; Se pasó todo un año descansando.
Signo de pasiva refleja.
Aparece en construcciones sintácticas que tienen un significado pasivo, aunque el verbo está conjugado en tercera persona de singular o plural, en voz activa; es un morfema de voz. El sujeto de estas oraciones es gramatical: Se rumoreó este asunto; Se precipitaron los acontecimientos; Se vende esta casa. Este tipo de construcciones verbales recibe también el nombre de cuasirreflejas.
Signo de voz media.
En construcciones cuyos verbos expresan emoción o estado de ánimo (los llamados oblicuos en América). Se no refleja la acción realizada por el sujeto, sino por alguien o algo ajeno a él: Se espanta hasta de su sombra, Se cayó al suelo, o una acción que surge del interior de uno mismo: Se curó repentinamente.
Impersonal.
En oraciones en las que el verbo está conjugado en tercera persona y no existe sujeto sintáctico, aunque pueda sobrentenderse un sujeto semántico. En estas construcciones se es un morfema que señala la impersonalidad. Puede darse con verbos transitivos: Se come bien aquí, o intransitivos: Se es hombre por necesidad.