A partir de los 30 en mi caso empecé a buscar alternativas dejando los findes de desenfreno en algo bastante más excepcional y que no fuera la tónica de todas las semanas.
Tales como viajar por ciudades de España, conocer estas y luego pegarnos una buena farra por la zona de fiesta del lugar.
Dejar los viajes veraniegos de eat sleep rave repeat y pasar a aprovechar mucho más el día saliendo al menos una vez a darlo todo.
Algún tardeo en lugares tipo oktoberfest o derivados etc.
Pero alguna fiesta a la antigua usanza aún cae, pues el grupo con el que suelo salir empezó a descubrir la noche bastante tarde y seguimos disfrutando de nuestra compañía acompañada de un cubata para acabar la jornada en la discoteca de turno donde disimular la borrachera.
Eso si, las resacas son cada vez más duras.