La caída o la ruptura de España es materia propia literaria española prácticamente desde la ocupación musulmana. Se puede decir que "de toda la vida" se ha hablado de este tema de una y otra forma. España tiende a agregarse y disgregarse constantemente. Son dinámicas históricas que nos superan como individuos. Aunque España volviera a perder su unidad, aunque España se rompiera, las dinámicas centrípetas volverían a reconfigurarla. Si esto es beneficioso para todos, excelente, pero no olvidemos son dinámicas que como individuos no podemos parar.
No se es menos español por preguntar si España se rompe, al contrario, todos estos lumbreras son el prototipo del español. En palabras de Villacañas, los que hablan mal de España y exageran sus acciones para criticarla, como De las Casas, son el archiespañol, el español por antonomasia. Hoy día abundan estos personajes que no dejan de ser el mismo prototipo en miniatura. Cuanto más alimentan el mito, más lo perpetúan. Nada más español que su actitud.