pero lo fueron desde 1812 hasta el reconocimiento de su independencia.
La Constitución de 1812 habla de los españoles de los dos hemisferios, considerándolos obviamente como españoles iguales, así que habría que revisar eso.
Respecto a lo de Sabino Arana solo aportar unos cuantos datos sobre este vasco hacedor de vascos, que han dejado de ser "los más españoles de los españoles".
-Crea la Ikurriña queriendo ser parte de la gran bretaña
-Creía en todas las teorías sobre la raza habidas y por haber (incluidas las del paralelo, la frenología, etc.)
-Supremacismo étnico y racial en el sentido clásico de la palabra
-Filosofía alemana de turno, espíritu de los pueblos, y, además, justificado por Dios.
-Se cargó todas las variedades del vasco para crear uno unificador y dominante, "el del pueblo vasco".
Sobra decir por qué era peligroso.
Los procesos de génesis y los análisis de estructura de los nacionalismos fraccionarios o secesionistas han de ser considerados desde las categorías políticas, por esta razón fundamental: porque ellos comienzan a tomar forma características (sin perjuicio de toda su infraestructura psicológica) precisamente cuando se enfrentan con la nación canónica [731] y pretenden constituirse políticamente a imagen y semejanza de ella. Y su figura política culmina en el momento en el que logran insertarse en los “engranajes” formados por otras naciones canónicas (por modo de apoyo, reconocimiento, alianzas, etc.).
Nación fraccionaria (secesionista). Es la segunda especie del género nación política; la que se constituye, o pretende constituirse, por escisión o secesión de una nación política canónica previamente dada (aun cuando ideológicamente los “nacionalistas fraccionarios” o “separatistas” [744], pretenden derivar su proyectada Nación de supuestas Naciones étnicas o políticas anteriores, incluso prehistóricas). Los nacionalismos del siglo XX, contradistintos de los nacionalismos del Romanticismo, pueden considerarse como proyectos de secesión de naciones canónicas preexistentes, por tanto, como naciones fraccionarias desde su mismo origen. Estas naciones fraccionarias no pueden ponerse en el mismo plano de realidad política de las anteriores, puesto que solo existen en proyecto. Un proyecto que pretende confundirse con una pretendida realidad pretérita, apoyada en una prehistoria ficción que presenta como si se tratase de realidades efectivas supuestas sociedades políticas, generalmente definidas en términos inequívocamente racistas, pese al carácter enteramente gratuito de sus fundamentos (por ejemplo, la celtomanía fantástica de algunos gallegos o asturianos, que olvidan que donde hubo más celtas en la Península Ibérica no fue en el norte, sino en la meseta; la reivindicación de una mitología aria que se fundamenta en características cromosómicas, olvidando los componentes bereberes del cromosoma 6 de los vascos de ocho apellidos, etc.).
http://www.filosofia.org/filomat/df744.htm