Este acuerdo, de contar con el beneplácito de sus respectivos consejos de administración, permitirá incorporar el contenido del proyecto “Poseidón” (otro programa franco-italiano ya lanzado), lo que allana el camino hacia una alianza más amplia encaminada a reforzar su cooperación militar y naval y crear una En el caso de prosperar y constituirse finalmente como una nueva compañía, la decisión podría suponer un duro revés para los astilleros públicos españoles, ya que la firma resultante aspira a servir mejor a las armadas francesa e italiana, pero también a “captar nuevos contratos de exportación, desarrollar nuevas tecnologías y, en última instancia, mejorar la competitividad de los sectores navales de ambos países”, como han destacado los participantes en la negociación.
La creación de esta empresa conjunta, que recibirá el apoyo político de los gobiernos de ambos países, supone todo un desafío para el resto de constructoras navales, obligando a muchas de ellas a sumar esfuerzos y aplicar políticas de concentración.