Buenas noches, amigos de las drogas. Dejo por aquí una traducción rápida y libre de un artículo de The Guardian. Me he comido un par de párrafos, si alguien quiere la versión original e íntegra que la consulte en la web del periódico.
Científicos estudian posibles beneficios de la LSD y del éxtasis en la salud
Un número creciente de personas está tomando LSD y otras drogas psicodélicas como el cannabis y el éxtasis para ayudarse a sí mismos a hacer frente a enfermedades como la anorexia nerviosa, la cefalea en racimos y los ataques de ansiedad crónicos. [...]
En Gran Bretaña, por ejemplo, Anna Jones, una profesora universitaria de 35 años que toma LSD una o dos veces al año, teme que sin su dosis vuelva a tener los problemas con la bebida que había dejado atrás hace ya 14 años con la ayuda del ácido.
La LSD, sinónimo de la contracultura de los años 60, cambió su vida, dice. "Para mí fue el catalizador para renunciar a un comportamiento destructivo (consumo abusivo de alcohol y tabaco). Cuando era estudiante solía beber dos o tres botellas de vino, dos o tres días a la semana, porque no tenía muchos amigos y no me sentía muy cómoda tal y como era. Entonces, un día, tomé una dosis de LSD y no me sentí sola nunca más. Me ayudó a verme a mí misma de forma diferente, a aumentar mi autoestima, a perder el deseo de beber o fumar y a sentirme una más en el mundo. No he tocado el alcohol o el tabaco desde aquel día de 1995 y me siento mucho más feliz que antes."
Muchos otros están usando drogas para luchar contra los ataques de ansiedad crónica provocados por una enfermedad terminal como el cáncer.
La investigación tuvo lugar en los años 50 y 60. En algunos lugares fue usado como tratamiento para la ansiedad, la depresión y la adicción. Pero al generalizarse el uso recreativo de tan potente alucinógeno, el temor de que el uso excesivo produjese problemas de salud mental como la esquizofrenia condujo a la prohibición de la investigación en los años 70.
Según la Ley de Abuso de Drogas de 1971 (en Reino Unido), se clasifica como droga de clase A, lo que significa que se cataloga como altamente peligrosa y sin valor para la investigación médica.
Ahora, sin embargo, distinguidos académicos e instituciones de gran prestigio están estudiando nuevamente si la LSD y otros psicodélicos podrían ayudar a los pacientes. El psiquiatra John Halpern, de la facultad de Medicina de Harvard, concluyó que casi todas las personas de las 53 con cefalea en racimos que tomaron LSD o psilocibina (principio activo de los hongos psilocíbicos, popularmente conocidos como setas alucinógenas o magic mushrooms), logró aliviar el fuerte dolor. Él y un equipo internacional también han empezado a investigar si la 2-Bromo-LSD, una versión no psicodélica de la LSD conocida como BOL, puede ayudar a aliviar la misma situación.
Los estudios sobre cómo las drogas pueden ayudar a estas personas también se están llevando a cabo en Reino Unido. Amanda Feilding es la directora de la Fundación Beckley, una fundación de beneficencia que investiga la conciencia, sus estados modificados y los efectos de los psicodélicos y de la meditación. Ella es una figura clave en el resurgimiento del interés científico en los psicodélicos y expresa su entusiasmo por los primeros resultados de dos estudios en los que su fundación está fuertemente implicada.
"Uno de ellos, en la Universidad de California, en Berkeley, fue la primera investigación sobre la LSD en conseguir la aprobación de los organismos reguladores desde los años 70", dijo. Los participantes en el estudio son los primeros en ser autorizados a tomar LSD legalmente desde hace décadas. "La LSD es una sustancia potencialmente muy valiosa para la salud humana y la felicidad."
El otro es un ensayo clínico en Suiza en el que la droga se da como complemento a la psicoterapia de las personas que tienen una enfermedad terminal, para ayudarlas a hacer frente a la fuerte ansiedad provocada por su muerte inminente. "Si usted utiliza con cuidado la LSD, no es más peligrosa que otras terapias", dijo el doctor Peter Gasser, el principal psiquiatra del ensayo clínico.
En la Universidad Johns Hopkings, en Washington, otro ensayo consiste en investigar si la psilocibina puede ayudar en la psicoterapia de personas con adición crónica a ciertas sustancias que no hayan podido superar mediante un tratamiento más convencional.
El profesor Colin Blakemore, un ex presidente ejecutivo del Consejo de Investigación Médica, dijo que la calificación clase A de psicodélicos como la LSD no debe detener estudios sobre posibles terapias. "No existe droga completamente segura, y esto incluye tanto los medicamentos como las sustancias ilegales", dijo. [...]
La reputación de estas drogas puede hacer que sea difícil obtener la aprobación de los medicamentos psicodélicos, según la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos para el Cuidado de la Salud (MHRA).
"Los conocidos efectos adversos de las drogas psicodélicas tendrían que considerarse de forma muy cuidadosa en el análisis riesgos/beneficios antes de que las drogas puedan ser aprobadas para su uso medicinal", dijo una portavoz. "Estos productos, si son aprobados, se clasificarán probablemente como medicamentos de venta con receta y también es probable que permanezcan en la lista de drogas peligrosas, lo que significa que su oferta sería estrictamente controlada."