Las cuestiones ideológicas y la libertad religiosa deberían de practicarlas cada uno en su puta casa. Está muy feo que en 2018 todavía exista una asociación que se dedique a blanquear la memoria del dictador, pero está igualmente feo que los políticos de turno intenten imponer su versión ideológica al resto...
¿No podemos ser un país serio aunque solo sea por una vez? Está muy bien y es un ejercicio sanísimo de apoyo a la libertad de expresión eliminar del Código Penal el delito de injurias al rey e incluso restringir el ámbito de aplicación del delito de apología del terrorismo, pero... ¿es realmente necesario al mismo tiempo limitar la libertad de expresión en el otro sentido tipificando nuevas conductas?
De verdad... no damos más pena porque no nos lo proponemos.