Parece increíble que 30 años después de la crisis de los euromisiles, Europa vuelva a plantearse el despliegue de armas tácticas de disuasión, en esta ocasión para un eventual ataque iraní o norcoreano, en vez de soviético. Según Spacewar, Polonia y la República Checa son los países que desempeñarán el papel de cabeza de playa de este nuevo sistema de armas, pero el desarrollo de esta estrategia no está nada claro, según Defensenews: la OTAN no se siente vinculada y la UE quiere quedarse al margen. Las presiones de Estados Unidos pueden no sólo reeditar las tensiones atlánticas que se originaron cuando la invasión de Irak, sino también las divisiones continentales en un momento crítico del proceso europeo. Si la falacia de las armas de destrucción masiva que supuestamente estaban en Irak provocó la más grave crisis atlántica en 2002, la creencia en una supuesta amenaza iraquí o coreana (tan inverosímil como la pretendida amenaza iraquí) puede arrastrar a los europeos a una nueva era de tensiones que, como la provocada por la crisis iraquí, tampoco conduce a ninguna parte.
Viernes 02 Marzo 2007
Eduardo Martínez