En los años sesenta, la investigación sobre las armas electrónicas se divide en dos ámbitos distintos. El primero se refiere a la acción de las armas que actúan sobre frecuencias de la misma naturaleza que la actividad eléctrica del cerebro humano, lo que representa 14 Hertz. Estas frecuencias se llaman ELF, son las iniciales de Extraordinarily Low Frequencies (Frecuencias extremadamente bajas). Se tenía el proyecto de inducir enfermedades trastornando los circuitos eléctricos en distintas zonas del cerebro, lo que generaba náuseas, debilitamiento, miedo, pánico, E inconsciencia a corto plazo, así como depresión y otros síntomas de más largo plazo.
El objetivo era definir qué frecuencia era conveniente para cualquier tipo de reacción humana. Con la concretización del proyecto de señal-secreto " Sleeping Beauty " de la administración Reagan, el doctor Michaël Persinger - neurólogo principal del laboratorio de fisiología de la Universidad de Ontario fue elegido para encontrar las respuestas. Utilizando los campos de variaciones temporales de baja frecuencia sobre los niveles extremadamente bajos que iban de 1 a 10 Hertz, Persinger era capaz de poner enfermas a ratas. El campo ELF que produjo estimulaba la producción de histamina de las células del cerebro, lo que inducía una náusea inmediata.
La Dra. Elisabeth Rauscher prosiguió investigaciones profundas sobre las armas ELF, una física nuclear dirigiendo el laboratorio de investigación tecnológico de San Leandro en California, la Sra Rauscher ya había definido los efectos de algunas frecuencias específicas que inducían no sólo náusea sino también euforia, por ejemplo. La Dra. Rauscher era entusiasta. Dijo con vanagloria " Denme dinero y tres meses de plazo y sería capaz de modificar el comportamiento de un 80% de los habitantes de esta ciudad sin que lo sepan. Los volvería felices o por lo menos, se creerán felices, o, los volvería agresivos."
Más tarde, en 1984, el capitán Paul Tyler, un médico de la marina americana responsable de la investigación sobre los efectos de las radiaciones sobre los humanos, expuso sus conclusiones ante el centro universitario aeroespacial. Tyler confirmó que " efectos biológicos precisos podían alcanzarse " con la ayuda de campos electromagnéticos. No ocultó que ya se habían identificado tales campos para un uso operativo. Pero al parecer, quedaba por solucionar el problema de la potencia necesaria para transmitir las ondas ELF. Hasta aquí, los medios "underground" no tienen las pruebas de un uso hostil de las ondas ELF contra la población.
Desde hace varias décadas, hay ejemplos de bombardeos de zonas precisas en los EE.UU y la Unión Soviética por enormes transmisores de ondas ELF. Estas zonas son tan anchas que los investigadores del " underground " no tuvieron acceso a los resultados de los efectos a largo plazo. Contrariamente a las ondas EHF (extramadamente Altas Frecuencias ) que se reflejan sobre las superficies sólidas, las ondas ELF penetran las materias extremadamente densas, incluido el hormigón más resistente. Los recursos defensivos contra este tipo de radiaciones son desconocidos. El otro ámbito de investigaciones sobre las armas electrónicas se refiere a las micro frecuencias a las cuales se se refieren bajo el nombre de "Barrier Walfare Microwave Tech".
Tales armas actúan al contrario de las ondas electromagnéticas Elf, hay que decir sobre frecuencias extremadamente elevadas . Estas ondas se utilizan generalmente para los radares y los hornos de microondas, por ejemplo. La principal ventaja de las ondas EHF sobre las bajas frecuencias EFL, es que su transmisión se opera en línea recta, y que pueden dirigirse fácilmente hacia objetivos minúsculos. En comparación, las ondas Elf tienden a dispersarse de sobra. Estas microondas son generadas por un sistema llamado " Magnetrón " en el cuál los electrones producidos por calentamiento en un tubo catódico se desplazan gracias a una fuerza que combina un campo eléctrico y un campo magnético. El aparato catódico es un cilindro hueco cuyo exterior se rodea con emisoras de barium y de óxido de estroncio. Dispuesto concéntricamente en torno al eje catódico, hay un amplio cilindro de corriente anódico que contiene una gran cantidad de cavidades de resonancia sobre la superficie.
Cuando se desencadena, el Magnetrón produce una corriente eléctrica radiante entre el ánodo y el cátodo, mientras que el campo magnético es estimulado por el cátodo. El dispositivo se sella en un espacio al vacío. La potencia máxima de emisión es limitada por el tamaño del Magnetrón utilizado, pero las investigaciones ponen de manifiesto que el más potente puede producir una corriente de microondas de más de diez millones de vatios por pulsación. El rayo microonda que se emite puede concentrarse de la misma forma que una lente fotográfica de sede el mayor ángulo de apertura hasta el micro formato y puede concentrarse sobre un punto infinitesimal. El Magnetrón no es un aparato fácilmente transportable. Un Magnetrón portátil bastante potente para afectar a un amplio grupo de cobayas, requiere un pequeño camión para su transporte.