Fallece José Castaño, el último maestro de la 2ª República

varuk

Día triste para muchos y en concreto para los que nos dio clase en su día. Hoy, a los 100 años de edad, ha fallecido José Castaño, el último maestro de la II República.

Su vida

Tras finalizar la guerra, José fue encarcelado por razones ideológicas y no pudo volver a enseñar hasta que llegó la democracia, convirtiéndose en símbolo de la Educación en la lucha contra el franquismo.

Nacido en Melilla, pero de padres y abuelos murcianos, José Castaño se vino a vivir a Murcia con 14 años y se matriculó en el instituto Alfonso X el Sabio. Su primera intención fue estudiar Medicina, aunque optó por el Magisterio, así que lo que perdió la sanidad lo ganó la enseñanza.

Hizo sus primeras prácticas el 1 de enero de 1938 en la escuela de la Plaza de la Paja del barrio del Carmen y colaboró en la creación de las Colonias Escolares en Murcia. Sin embargo, tras dos meses de haber comenzado a ejercer, fue llamado a filas para combatir en la Guerra Civil.

Tras finalizar la guerra, José fue encarcelado por razones ideológicas, y así permaneció dos años hasta obtener la libertad en 1941. Mientras su esposa -también docente y con quien formó una familia- daba clases, José tuvo que dedicarse a otros oficios, aunque siempre estuvo vinculado con la enseñanza a los demás de manera altruista.

En 1975 pudo volver a incorporarse al magisterio en el colegio Mariano Aroca. Después ejerció en el centro García Álix, donde permaneció hasta su jubilación en 1984. Sin embargo, su vocación y satisfacción era la docencia, por lo que pidió seguir dando clases, en concreto, de Lenguaje a los mayores.

Fue entonces, en 1990, cuando se construyó un nuevo colegio junto al jardín de La Seda, cuyo claustro de profesores acordó llamar al centro 'Maestro José Castaño' en su honor. En su colegio homónimo siguió ejerciendo hasta que su movilidad y salud se lo permitieron. Sus visitas ya no eran diarias, pero no dejó de acudir cada vez que podía.

# Actividad en la política: Federación Universitaria Escolar y afiliación al partido de Lerroux

Joven comprometido y con inquietudes, Castaño se afilió a la Federación Universitaria Escolar (FUE) en 1932. Lo explica: «Pretendíamos que pertenecieran a ella todos los estudiantes, aunque también existía Federación de Estudiantes Católicos a la que pertenecían los de colegios privados, religiosos, principalmente. Daba lugar a ciertos roces y enfrentamientos porque a ellos se les consideraba más de derechas y a nosotros más de izquierdas, más liberales o como quiera llamarse».

Tres años después (1935) se apuntó a las Juventudes de Unión Republicana, el partido que fundaron Martínez Barrio y Lerroux, pero como simple afiliado ya que el tiempo que le dejaba libre el estudio lo dedicaba a la FUE donde sí que tuvo cargos directivos.

La guerra civil: Frente de Teruel

El Alzamiento de Franco le sorprendió en plenos estudios, que continuó y terminó durante la guerra. Por cierto que en la Normal tuvo como profesor y director al catedrático Fernando Piñuela que luego sería alcalde de Murcia. Alejada de los frentes de batalla, Murcia era un lugar relativamente tranquilo durante la guerra española. A pesar de eso, recuerda que se cometieron algunos desmanes que José Castaño achaca a la falta de autoridad del Gobierno («que no supo o no pudo controlar») en el que su partido Unión Republicana, sólo tenía un ministro, Bernardo Giner de los Ríos, en una posición muy subordinada. Estaba haciendo el curso de prácticas cuando le movilizaron, por su quinta, y le enviaron al frente de Teruel. «Fue uno de los inviernos más fríos que recordaban los propios turolenses», recuerda, «y la verdad es que tuve suerte porque me destinaron a transmisiones. No tuve que disparar ni una sola vez».

Condena a cadena perpetua

Con el fin de la guerra llegaron las depuraciones. Sorprendentemente, la noticia de la sentencia a prisión perpetua le supuso un alivio. Él temía que le condenaran a muerte como ocurrió con el citado catedrático Piñuela, que hoy tiene una calle a su nombre en Murcia y al que Castaño califica como «un hombre extraordinariamente moderado y un magnífico profesor». Piñuela fue fusilado en la tapia del cementerio de Espinardo.

Estaba claro que Castaño no defendía los ideales del Alzamiento de Franco. Le juzgaron [«una farsa de juicio», dice al recordar que a su defensor, sólo le vio en la Audiencia] y fue condenado a cadena perpetua por haber sido secretario de organización y presidente de la FUE donde editaba un periódico. Lo sentenciaron por adhesión a la rebelión.

Su estancia en la cárcel

Ya dentro de la cárcel, primero en la de Murcia donde había unos 3.000 presos, es decir, diez veces más de su capacidad, pasó las penurias que es fácil imaginar. «Como no había sitio bajo techo para todos, al que le tocaba patio, allí dormía, allí se mojaba si llovía y allí se secaba cuando salía el sol», recuerda el maestro Castaño quien meses después fue llevado a la prisión de Totana, donde ya no estaban tan hacinados.

Durante su estancia en prisión tuvo ocasión de charlar más veces con el catedrático Piñuela, al que hasta entonces sólo conocía por haber sido alumno suyo, fue donde comprobó la serenidad de su maestro, que afrontó la condena a muerte con mucha entereza. «En vísperas de que lo fusilaran» [rememora] «incluso consolaba a su hija diciéndole: no te preocupes, todos estamos condenados a morir. A ti te cabrá el consuelo de recordar a un padre joven y a no a un viejo achacoso que a veces resulta un estorbo».

Liberación

La cadena perpetua se redujo finalmente a dos años y medio gracias a que a su padre, capitán de Artillería que se había jubilado antes de la guerra, al terminar ésta le hicieron reincorporarse al Ejército. «Mi padre se reintegró, supongo que con gran disgusto por su parte, supongo, porque no comentamos esto nunca, y como su hijo estaba en la cárcel, cuando iba a hacer alguna gestión en mi favor llegaba a los sitios vestido de uniforme. Sin duda eso influyó».

Fue liberado de la cárcel, pero siguió depurado como maestro. Trabajó donde pudo: en una agencia ejecutiva para cobrar a morosos, en obras de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y finalmente como encargado del establecimiento American-Radio, en la plaza de San Bartolomé. Hasta que, por fin, en 1975, pudo reincorporarse al Magisterio. Habían pasado 36 años.

http://www.laverdad.es/murcia/20091011/region/sentenciado-cadena-perpetua-estuve-20091011.html

Reportaje en Antena 3 noticias presentado por Matias Prats.

Reportaje de TVE

Reportaje de su 100 cumpleaños de canal regional de Murcia.


Recuerdo que este hombre hasta me corrigió una vez la longitud de los acentos, porque decía que los ponía muy largos. Buenos años en el colegio que lleva su nombre pasé. Cuántos goles en aquel patio. Aun guardo los exámenes y ejercicios que me corregía.

En fin, un ejemplo de vocación y dedicación a seguir para los maestros de hoy en día. Desde luego, en la Facultad de Magisterio de Murcia lo tienen como tal y como un héroe. No era consciente que tenía tanta influencia hasta que hablando con gente que no había ido a mi colegio me lo decía.

Descanse en paz.

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legi0nx

Tuve el honor de ser su alumno. Dep.

1 respuesta
angel222

te dio clase? Qué edad tienes?

1 respuesta
varuk

#3 Sí, y fui a clase con #2. Nos dio clase de Lengua y Literatura. ¿Edad? Pues 32 añitos sólo.

Leoshito

Joder pues si que estuvo dando clase hasta alta edad.

DEP, buen trabajo y por lo que se ve dejó buen legado.

R3P1S0

se me han puesto los pelos como escarpias, no sabia nada de este hombre, DEP y un gran gesto como alumnos suyos.

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