Hace años salí con una chica que vivía en un piso del el centro de mi ciudad que pertenecía a un bloque de apartamentos destinados al 100% para erasmus . Os podéis imaginar el trasiego de personas y el puterío fino que había. Su piso tenia 4 habitaciones, ella naturalmente ocupaba una y la gente que ocupaba las otras habitaciones solía rotar.
Una vez apareció un chaval, alemán, con una pinta de monstruo de Amstetem acojonante.
De 1.70 aproximadamente , rubiete, complexión física normal, vestido siempre con ropa como si se la hubiese elegido su madre y tremendamente, remarco lo de de tremendamente , asocial. El chaval estaba haciendo algún tipo de proyecto con la politécnica , pero pasaba muchísimo tiempo encerrado en su habitación.
Cuando entraba a la casa no saludaba. No preparaba nada en la cocina si habían personas, en resumen, tan solo pisaba el pasillo cuando verdaderamente no había gente merodeando. De hecho para putearlo lo que solíamos hacer era hacer como que no había nadie para cuando se animaba a salir a mear o a cenar , salir de repente para escucharlo como se iba corriendo de nuevo a su cuarto a encerrarse.
Tan solo una vez lo vi en actitud cordial , y fue durante un episodio tremendamente creepy. El piso al entrar disponía de una especie de zona común donde la gente socializaba. Estábamos la chica con la que salia, y dos japonesas ( borrachas ) con las que establecimos cierta amistad que estaban en una habitación durante unos días.
El chaval por primera vez después de dejar sus bártulos torpemente vino a sentarse a esa zona e intentar socializar de una forma lamentable y muy siniestra. Naturalmente, tanto mi novia como yo alucinábamos con el espectáculo, era la primera vez que lo escuchábamos hablar, y ahí estaba haciéndose el guay de una forma horripilante. Supongo que las asiáticas no le intimidarían o tenia algún tipo de fetiche con ellas. Esas noches juraría que se la pasó merodeando por los pasillos para ver si podía espiarlas o algo similar. Ahí fué cuando nos dimos cuenta que a ese chaval le faltaba un tornillo.
El caso es que cada día teníamos hipótesis mas bizarras sobre quien era o que hacia en su cuarto este chaval. A partir de la segunda quincena que estuvo viviendo se podía percibir un hedor a muerto que salia cuando abría y cerraba la puerta muy chungo. Un día cuando salió nos armamos de valor. Cerraba la puerta con llave, pero era el típico piso viejo con balcones contiguos separados por una barandilla que saltándola te metías en la habitación de al lado.
Nos encontramos el típico cuarto de persona de erasmus atestado de mierda hasta las trancas. Te pegaba una hostia en la cara la peste a cripta que había ahí dentro. Empezamos a cotillear. El ordenador tenia clave, así que no pudimos ver el porno con el que se hacía las pajas , que se las hacía como atestiguaba una papelera hasta arriba de pañuelos con restos del grumo de la vida. Pero lo peor estaba por llegar.
El chaval tenia una colección de botellas de agua de litro y medio repletas de orina perfectamente ordenadas. Podía saberse cual era mas antigua por el color mas oscuro . Sin exagerar tenia unas 30 botellas de orina de 2 litros, la última de ellas casi llena y con el tapón abierto. En la mesita de noche el típico cortauñas de abuelo , ultraviejo y al lado un pequeño montículo de uñas cortadas perfectamente amontonadas como si fuesen un tesoro.
También tenía un montón de notas manuscritas en alemán grapadas por las paredes, montones de postits por todas partes. Lo mas bizarro lo encontramos en el armario. Lo abrimos y prácticamente estaba vacío. El colega llevaba cerca de un mes viviendo ahí y no había sacado la ropa de la maleta, estaba ahí intacta. Perfectamente podría haberse pasado el mes vistiendo la misma ropa . En el armario , dentro había un pedazo de cuchillaco enorme con pegotes rojos. Nos acojonamos claro está, hasta que al lado vimos un bote de mermelada de fresa.
Abrimos un cajón y estaba lleno de calzoncillos llenos de mierda, platos sucios , botes de mermelada vacios y calcetines hechos costra , llenos de moho que por lo visto los había utilizado hasta que eran un ecosistema propio. Después los utilizaba para limpiar el cuchillo ( o como servilleta ) y los almacenaba en esos cajones, dejándolos macerarse lentamente. Por lo visto cuando había gente en la cocina/hall ( o sea, siempre ), se aislaba tan solo se alimentaba de mermelada .
Salimos de ahí acojonados, por que certificamos en efecto que ese tipo era un enfermo mental. Recuerdo las semanas de paranoia total cuando pensaba que de la misma forma que nosotros entramos a su cuarto, el podría entrar al nuestro.