A pocos les sorprenderá escuchar que China ha sido de siempre un país muy etnocentrista, considerándose el centro del mundo desde hace miles de años, convencida de que su cultura era la única universal, y que todo lo que le rodeaba eran bárbaros. Es por ello que siempre tuvieron muy poco interés en explorar los mares, ¿qué podía haber que pudiera interesarles de los extraños y bárbaros extranjeros?
Una excepción, que sin embargo ayuda a entender esta mentalidad, es la de un eunuco llamado Zheng He, que preparó una expedición marítima a principios del siglo XV, muy a lo Cristóbal Colón, bajo la protección de Yongle (“felicidad perpetua”), tercer emperador de la dinastía Ming (1368-1644), dinastía posterior al colapso de la dominación mongola por parte de la dinastía Yuan (1271-1368).
Debido precisamente a la fragmentación del imperio mongol la seguridad de la ruta terrestre de la seda ya no estaba garantizada. Recordemos que más tarde en ese mismo siglo, por razones similares Cristóbal Colón buscaría dar la vuelta al mundo para llegar a las Indias por occidente, o los portugueses rodear la por entonces inexplorada costa de África, evitando así tener que pasar por el Imperio Otomano, que taponaba el comercio de Europa con las Indias y la ruta de la seda.
Para hacernos a la idea, estos eran los conocimientos geográficos chinos de principios del siglo XV. Se puede apreciar un gran detalle de China, pero no se puede decir lo mismo del resto del mundo.
Detengámonos un momento en la figura de Zheng He, quién era exactamente. Pese a ostentar la nacionalidad china, Zheng He pertenecía a la minoritaria etnia Hui, que se caracterizaba por la práctica del Islam y el uso del chino como lengua habitual. Su familia era musulmana, pero realizó rituales budistas y taoístas cuando fue necesario. Puede que sus orígenes influyeran en su elección como almirante de la Flota del Tesoro, pues visitó no pocos países musulmanes.
Fue capturado con once años por las tropas Ming, castrado y enviado como eunuco a servir a Zhun Di, príncipe de Yan y futuro emperador Yongle de 1403 a 1424, a Beiping (posteriormente Pekín), donde recibió su educación y se convirtió en consejero del príncipe. Allí se convirtió en oficial del ejército y participó en la campaña invernal de Zhu Di en 1390 contra el líder mongol Naghachu. Sirvió a Zhu Di durante su rebelión contra el emperador Jianwen, y participó posteriormente en el resto de expediciones militares de Yongle (Zhu Di siendo ya emperador) contra los mongoles en 1410, 1414, 1421 y 1423.
Volviendo a las expediciones que le hicieron famoso, los chinos usaron en ellas los barcos más grandes de la época, siendo los llamados “Barcos del tesoro” unas 3 veces más grandes que los galeones españoles de la época, auténticas fortalezas flotantes en las que cabían unos 27.000 hombres entre marineros, navegantes, exploradores, doctores, obreros y soldados. El emperador mandó construir entre 100 y 300 navíos para la expedición, de los cuales alrededor de 60 serían Barcos del tesoro. Hay quien dice que en total, en esa época, China tenía más barcos sobre el mar que todo el resto del planeta junto.
Comparaciones visuales de tamaño con los barcos usados por Colón a finales de ese mismo siglo XV:
Además los chinos usaban la brújula magnética desde hacía varios siglos, al menos entre 300 y 400 años antes (siglos XI y XII), y puede que incluso mucho antes. Sin embargo los europeos acabarían de descubrirla haría poco más de un siglo, y a usarse ampliamente justo en esa época, principios del siglo XV.
Con esas expediciones llegaron a más de 30 países en 7 viajes, incluidos la India, Persia, Arabia, y gran parte de África Oriental.
Primeros viajes (1405-1411):
Primer viaje – Sumatra, Java. Sri Lanka, La India.
Segundo viaje - Siam, Java, Deli, Ahceh, Cochin y Calicut. Esta expedición estuvo marcada por su carácter político ya que los chinos intervinieron en las disputas entre siameses y khemeres, además de participar en la elección del nuevo rey de Calicut: Mana Vikranam.
Tercer viaje – Vietnam, Singapur, Sumatra, Sri Lanka
Resto de viajes (1413-1433):
Cuarto viaje – Zonas de Arabia y África
Quinto viaje - Sumatra; Malasia; Maldivas; Sri Lanka; La India. Después visitaron por primera vez Adén, cuyo reino abarcaba el sur de la Península Arábiga hasta La Meca
Sexto viaje – Adén y África
Hay una suspensión temporal de los viajes entre 1423 y 1430.
Séptimo viaje – Destaca la llegada de una flota a África, llegando tan hacia el sur como Kenya y Mozambique.
En esa misma época la exploración europea, encabezada por los portugueses, sólo llegaba a las islas Madeira, todavía muy cerca del norte de África occidental.
Pero lo interesante y más llamativo de las expediciones de Zheng He no es sólo el tamaño de los barcos o el adelantamiento respecto a Europa, lo interesante es que cuando Zheng He llega a cada uno de esos países no buscan comerciar, ni tomar esclavos, ni dejar misioneros, ni conquistar territorios... ni tan siquiera establecer bases navales ni controlar puertos. Lo único que hacen es ofrecer objetos de arte (elaborados en oro, plata, porcelana o seda) o tecnológicos a los gobernantes locales, y éstos aceptándolos reconocen la superioridad cultural de los chinos.
Otras curiosidades incluyen el ejemplo de cómo una de las jirafas llevadas a Pekín por Zheng He en 1414 fue proclamada como un auténtico “Qilin” (una criatura fabulosa en la mitología china) por el mismísimo emperador, cuya captura evidenciaba la grandeza de su poder.
Pero tras 20 años de expediciones acaban cancelándolas bruscamente, nuevas ofensivas mongolas en el norte de China obligan a desviar gastos en ejércitos y renovar la Gran Muralla. Pero también el no retomar más tarde las expediciones es influencia notable de la pérdida de poder en la administración de la casta de los eunucos y las concubinas, y los aislacionistas encarnados en la vieja burocracia y élite confuciana deciden que China es el centro del mundo, no hay nada de interés en el extranjero, y no tienen nada que demostrar con esas expediciones marítimas tan costosas (sometidas además a la amenaza constante de la piratería, contra la que luchó Zheng He de forma implacable en el sudeste asiático), son los dignatarios extranjeros quienes si quieren deberían ir a China a pagar tributo… Y China volvió a practicar el aislacionismo para varios siglos.
Así entre los siglos XVI y XVIII, una vez echan a los mongoles y ya vuelven a tener una dinastía autóctona, los chinos reconstruyen la muralla para q los mongoles no volvieran y cierran la costa tras esas expediciones, más tarde la cerrarían todavía más para frenar de una vez a los occidentales que venían cada vez más en número y más curiosos y entrometidos. Sobra decir que no lo consiguen y el drama es tremendo, un trauma al descubrir que no son el centro del mundo, que Europa sería el centro en aquellos siglos, y tendrían que ceder a un montón de exigencias de aperturismo en la costa (cediendo ciudades y puertos a varios imperios europeos, y además los rusos les acabarían presionando tmbn por tierra en la retaguardia).
Quién sabe cómo sería hoy de diferente el mundo si los chinos hubiesen continuado con las expediciones…
Co-autores del hilo: artuditu & Edea.