Era la una y media de la tarde. El escenario, la calle Txofre, muy cerca de la plaza del mismo nombre. Casi veinte grados en la calle y las terrazas de los bares y cafeterías repletas de clientes que tomaban un aperitivo. Nadie podía imaginar entonces lo que iba a suceder.
El sosiego y la tranquilidad se vieron repentinamente truncados. La llegada de un hombre de color, totalmente vestido de rojo, no tardó en generar inquietud entre quienes le vieron venir. «Según parece, venía de la calle José María Soroa, iba corriendo. En la mano llevaba un arma blanca, era de gran tamaño, parecía un machete, un puñal o algo similar», relató una testigo de los hechos.
El autor, de 36 años y nacionalidad nigeriana, fue detenido por agentes de la Ertzaintza, a los que también intentó agredir.
Agredió a la dueña de un bar en el barrio de Gros y después arremetió contra más vecinos
menos mal que todo quedo en un susto, un suceso aislado perpretado por un perturbado mental