La concentración de doscientos cargos electos del PPdeG -entre alcaldes, concejales, diputados y senadores- en la explanada de acceso a la Cámara para mostrar su desacuerdo con la suspensión de 240 infraestructuras rurales, con motivo de una interpelación al conselleiro de Medio Rural, Suárez Canal, acabó en una de las jornadas de mayor tensión que recuerde el Hórreo.
Un total de cuarenta y tres alcaldes habían sido acreditados para asistir al debate en Pleno de la interpelación, número que le corresponde al Grupo Parlamentario Popular en la tribuna de invitados, pero únicamente la mitad logró acceder al Hemiciclo, ya que por orden de la presidenta del Parlamento, Dolores Villarino, se interrumpió el paso. Así, se generó el primer momento de desconcierto entre las filas del PPdeG, que sólo duró escasos minutos, ya que antes de que se iniciara la sesión ordenó el desalojo de los ya presentes.
Villarino justificó esta decisión porque se había “coaccionado y cercenado la libertad de los diputados”. Más tarde añadiría que “no puede haber ningún tipo de manifestación en el recinto parlamentario, que empieza en la verja” y recordó que se trató de la primera vez que “se invade” esa institución por manifestantes.
Villarino se dirigió a la Cámara para lamentar el incidente de “desorden público” y explicar la expulsión de los alcaldes basándose en que “no voy a permitir nada que no sea respetuoso con la Cámara”. La decisión de la presidenta del Parlamento causó la inmediata reacción en la oposición, que optó por abandonar sus escaños y ocupar la tribuna de invitados en un gesto de solidaridad con los expulsados.
El debate de la interpelación se inició con la única representación en los escaños del PPdeG de su portavoz adjunto Alberto Núñez Feijoo, el diputado Roberto Castro, que tenía que intervenir en el Pleno, y por poco tiempo Bernardo Tahoces.
Pero los acontecimientos se precipitaron cuando desde la tribuna se escucharon aplausos. Villarino entonces recordó a sus señorías la condición de diputados y les pidió que “hagan gala de lo que son”, advirtiendo que mantuvieran la compostura o abandonaran la tribuna. Pero la gota que colmó el vaso fue el momento en que la presidenta de la Cámara afirmó que el comportamiento de los parlamentarios populares en la tarde de ayer era “lo más parecido al 23-F”, cuando se produjo el intento de golpe de Estado.
Estas palabras motivaron que Feijoo sentenciara: “No consiento que una mi nombre al 23-F. Ni somos fascistas, ni tenemos que ver con el 23-F”, al tiempo que lamentó “la tarde aciaga para la historia de la democracia”, antes de anunciar que “democráticamente abandonamos este Pleno”.
<B> ADEMAS LA POLICIA HA AGREDIDO A LOS ALCALDES DEL PP COMO SE PUEDE VER EN ESTA IMAGEN </B>
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P.D: Las protestas fueron porque se paralizaron todas las obras en el rural valorada en 34 millones de €.