El caso de Jesusa Inocencio del Calvario, mejor conocida como Chuchita, sigue sin arrojar respuestas, pues hasta ahora, las líneas de investigación que se estaban siguiendo han llegado a callejones sin salida.
De acuerdo a las declaraciones de la afectada, durante una visita al mercado hace ya varios años, persona o personas desconocidas se encargaron de bolsearla. Y a pesar de que fue un hecho bastante conocido, parece no haber ningún testimonio que indique quiénes pudieron ser los responsables. Pero lo cierto es que, desde ese entonces, y hasta la fecha, Chuchita ha acudido de manera frecuente a ministerios públicos, juzgados, estaciones de policía y hasta a iglesias, buscando que alguien la pueda ayudar a identificar a los responsables.
Desafortunadamente, la justicia mexicana sigue siendo terriblemente deficiente. En vez intentar darle una solución al caso, los responsables de la ley están mostrando un visible hartazgo ante la insistencia de la quejosa, pues a veces puede llegar a ir más de tres o cuatro veces en un sólo día para saber si ha habido algún avance.
Como un juez tuvo a bien decirnos —aunque pidió que fuera conservada su opinión en el anonimato—ya están aburridos. “En serio, no pasa un día sin que lleguen a decirnos que a Chuchita la bolsearon”.