El islam le da sentido a mi vida

A

Abdullah es mi compañero en el máster. Es de Yemen, tiene 26 años, es casado y tiene dos hijos. Ah, claro: es musulmán.

— Abdullah, ¿cómo conociste a tu esposa?

— La conocí el día que fui a pedir su mano.

— ¿Y entonces? ¿Cómo la elegiste?

— Mi madre la eligió para mí.

— ¡¿Cómo?! ¿Tú no la viste antes?

— No, pero no era necesario. Mi madre me platicó cómo era y me pareció buena mujer.

— ¿Y todos se casan así?

— Todos.

— ¿Y si te gusta alguien que ves por la calle?

— No ves a nadie. Todas se cubren, de los pies a la cabeza.

— ¡¿Todas?! Se cubren… ¿¡todo!?

— Todo.

— ¿Y qué pasa si no te gusta la mujer que ha escogido tu madre? ¿Si no te gusta una vez que la ves sin el velo?

— Eso no pasa. Te tiene que gustar. Va a ser tu esposa, la madre de tus hijos.

— ¿Y no hay un periodo como de “noviazgo”, donde antes de casarse se conocen, se besan?

— Ni siquiera la puedes tocar.

— ¿Ni un besito?

— Nada de nada.

— ¿Y luego? Ya me los imagino en la noche de bodas… ¡como tigres enjaulados!

— Oh sí, por supuesto.


— Oye… ¿esto quiere decir que tú no sabes lo que es “enamorarse”? O sea… bueno… ¿sabes?, cuando conoces a alguien, sientes algo y…

— Sé lo que quieres decir. Bueno… no, los musulmanes no nos enamoramos. Pero no hace falta: amas a tu esposa. La amas muchísimo.


— Pero… bueno… la mujer en el islam es un poco…

— Los medios de comunicación hacen con el islam lo mismo que hacen con los países en vías de desarrollo y con los inmigrantes: sólo hablan de lo malo. Lo cambian todo, lo tergiversan, lo impregnan de sensacionalismo, y la gente se lo cree.

— ¿Por ejemplo?

— La gente cree que las mujeres musulmanas son maltratadas y sobajadas. ¡Qué mentira más grande! Las mujeres son lo más importante para nosotros. Nuestra prioridad, lo dicta el Corán, son las mujeres. A veces las mujeres occidentales me dan un poco de lástima.

— ¿Lástima?

— Sí, un poco. ¿Sabes por qué? Creen que lo pueden todo porque visten como quieren y hacen lo que quieren, porque son independientes. ¿Esto les da igualdad frente a los hombres? Quizás, pero he visto a muchísimas mujeres aquí llorar por un hombre. Aquí los hombres son infieles, son machos, mucho más de lo que podemos serlo nosotros. Aquí muchas mujeres crían solas a sus hijos, son madres solteras. Eso es tristísimo. Aquí las mujeres se matan de hambre para gustar a los hombres, se maquillan, se gastan todo su dinero en ropa. ¿Para qué? Para que algún hombre las escoja y no se queden solas. Eso es horrible. En mi país, un hombre ama y respeta a una mujer hasta el final. La infidelidad no existe. Nosotros nos casamos vírgenes, igual que las mujeres. Sería injusto si sólo fueran ellas quienes tuvieran que serlo, ¿no crees? Para nosotros no existe el “te estás poniendo gorda” o “ya no te vistes como antes”. No. Uno ama incondicionalmente, así lo dicta el Corán, a quien ha esposado para toda la vida.

—Pero… puedes tener muchas esposas, ¿no?

— Ja, todo mundo lo pregunta. Eso reflejan las películas. En teoría, sí. Puedes tener más de una esposa siempre y cuando las mantengas a todas y, más importante aún, si tienes una buena razón.

— ¿Una “buena razón”?

— Sí. Por ejemplo, la infertilidad. Si tu esposa no puede darte hijos ella misma te ayudará a encontrar una segunda esposa. Pero sin dejarla a ella, sería injusto. Aunque de cualquier modo casi todo mundo tiene una sola esposa. ¡Tener más es demasiado caro!


(Abdullah desaparece de repente, a lo largo del día. Va a rezar en dirección a La Meca.)

— ¿Rezas todos los días?

— ¡Claro! ¡Cinco veces al día!

— ¿Cuánto te tardas?

— De 2 a 5 minutos.

— Ah, ¡es rápido!

— Sí… ¡además es súper sano!

— ¿”Sano”?

— Claro. Mira. Hay que ponerte en varias posturas mientras rezas. Haciéndolas 5 veces al día te ejercitas y nunca padeces dolores de espalda ni de articulaciones.

— Sí que te gusta, ¿eh?

— Wen: yo no podría vivir sin el islam. Le da sentido a mi vida. La llena. Ser musulmán tiene muchísimas implicaciones. No sólo se trata de ir a la iglesia como lo hacen los católicos, no. Qué chiste, ¿no? Vas a la iglesia y se acabó. No. Acá todo tiene que ver con el islam. Y te llena de paz. Y te llena de amor.

— ¿Qué piensas del judaísmo, del cristianismo?

— Los respeto. Creo también en Jesús y en Moisés. Aparecen en el Corán.

— ¿Qué más dice el Corán?

— ¡Muchas cosas! Por ejemplo: la madre es lo más importante para nosotros. Para nosotros es inconcebible lo que hacen aquí, ¡aquí a los padres los mandan a un asilo o los dejan solos una vez que los hijos hacen su vida! Nosotros cuidamos a nuestros padres hasta el último día, con muchísimo amor, con devoción, ¡cómo vamos a dejarlos si sólo nos han dado amor!

— No conozco ningún católico que se exprese con tanto entusiasmo sobre su religión, ¿sabes?

— Voy a comprarte un Coran en español y te lo voy a regalar, ¿va?

— ¡Órale!

— Pero lo lees y me dices qué te parece, ¿ok?

— ¡Por supuesto! ¿Yo me puedo convertir al islam?

— De hecho… ¡deberías!

Abdullah es de las personas más bellas que he conocido en mi vida. Es súper respetuoso y abierto. Es un ser humano cálido y sincero. Sabe reír, sabe escuchar: sabe darse al mundo.

El entendimiento entre los seres humanos debiera comenzar en los medios de comunicación, donde la historia real pierde terreno ante la aparente necesidad de limitarse a satisfacer el morbo del televidente o del lector.

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Mensi

Lo siento, pero dios no existe

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A

#2 Te has molestado en leerme?

Billa

Abre un blog, oh espera...

No en serio, la próxima vez (y se lo digo a todos) no te limites a hacer un thread con un copy paste.

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