La Justicia busca el origen real de la fortuna de los Pujol
Los investigadores no se creen la versión oficial ofrecida por el cabeza de familia
La Fiscalía no lo cree. La jueza de Barcelona Beatriz Balfagón, tampoco, aunque por ahora es cauta y no quiere acusarles de corrupción. En Hacienda también aseguran tener dudas más que fundadas de que la fortuna de la familia Pujol en el extranjero y la cantidad desorbitada que el clan ha movido en los últimos años en España tenga su origen en la herencia no declarada que el padre del expresidente, Florenci Pujol, dejó a sus nietos y a su nuera, Marta Ferrusola, hace 34 años.
Anticorrupción y la jueza buscan pruebas de que ese inmenso patrimonio, todavía oculto en su mayor parte, proviene, en realidad, de los sobornos y comisiones que los diferentes miembros de la familia han venido cobrando de manera interpuesta como pago a favores en Cataluña, probablemente concesiones o adjudicaciones amañadas. Las dudas sobre el posible origen ilícito del dinero de los Pujol no han hecho más que crecer desde que el exjefe de Gobierno autonómico confesara públicamente el pasado 25 de julio la existencia de esa fortuna en el extranjero, pero que todo venía de esa herencia que nunca figuró en el testamento.
No fue una confesión voluntaria, sino forzada por las informaciones que ya apuntaban a los continuos viajes de la matriarca Marta y dos de las hijas, Marta y Mireia, a Andorra, de donde sacaron hasta 227.000 euros. Luego, solo días antes de la confesión del patriarca, cerraron sus cuentas y regularizaron en España 3,1 millones de euros.
No hay testamento del abuelo
Pero la supuesta regularización tardía del dinero, ni mucho menos, ha cerrado el caso. A pesar de los reiterados llamamientos de Anticorrupción y de la jueza Zita Hernández, sustituta hasta hace unos días de Balfagón, nadie en la familia ha presentado un solo documento que pruebe, siquiera mínimamente, que ese dinero aflorado tenía su origen en la supuesta herencia, que en cualquier caso, de existir, también habría sido fraudulenta, aunque ese delito habría prescrito.
Ni Pujol ni su mujer ni sus hijos han sido capaces de presentar copia de testamento alguno -oficial u oficioso- y eso es lo que ha provocado que la Policía, la Fiscalía y Hacienda fijen su punto de mira en las comisiones.
El próximo día 27, el expresidente catalán, Marta Ferrusola, y tres de sus hijos, Marta, Mireia y Pere, están llamados al juzgado de Barcelona para que expliquen de dónde procede el dinero que desde hace décadas gestionan en Andorra. Pero todos en ese juzgado están convencidos de que los cinco imputados no explicarán nada ni aportarán documento alguno para probar el origen lícito de esa fortuna.
La decisión de Balfagón de imputar al matrimonio y a sus hijos se produjo solo horas después de que la Agencia Tributaria confirmara al juzgado que la familia Pujol ocultó a Hacienda 12,4 millones de euros en patrimonio y otros 4,14 millones en renta entre 2010 y 2013.
Los antecedentes familiares y del entorno, desde luego, no son nada halagüeños y apuntan a la corrupción. El hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, está imputado en la Audiencia Nacional por cobros cercanos a ocho millones de euros de 17 empresas relacionadas con la Generalitat. Oriol Pujol, en el caso de las ITV, está acusado por tráfico de influencias y cohecho. El benjamín, Oleguer, ha sido también incapaz de explicar de dónde procede su multimillonaria fortuna en medio mundo.
Desde luego esta familia de chorizos tendría que estar entera en la cárcel.