Khmer Rouge: el autogenocidio camboyano
Ya en el Siglo XIII tenemos las primeras referencias del denominado Reino de Kambuya, después conocido como Camboya. El Río Mekong, que atraviesa el país, fue sin lugar a dudas el origen de numerosas ciudades, que crecían en sus márgenes. En ese momento ve un importante florecimiento político y cultural, en esta época este reino ocupaba parte de todos los países del entorno, pero sufrió una decadencia, debido a las ansias de expansión de los países de su entorno. Llegaron entonces contiendas, tensiones, que vio como en el Siglo XV propició la primera gran crisis del país, con el Rey Jemer huyendo hacia el sur del país, el Reino de Kambuya, que había alcanzado cotas impresionantes, inicia su descenso.
En el Siglo XVI, no obstante, se produjo la visita a este país de misioneros y conquistadores europeos, no en vano, en los primeros años del XVII se produjo la conquista de Tailandia, lo que afectó a las relaciones con su entorno, con países como Siam o Vietnam, que se encontraban en crecimiento. Vietnam se posiciona alrededor del Mekong, poco menos que decir la fuente de vida de la región en esta zona. En este momento, Camboya había perdido su salida al mar y sus zonas más ricas en arroz y cultivo, la situación era delicada, ya que Vietnam continuaba y quería absorber por completo a Camboya, pero no pudo, porque el invasor también fue invadido por los franceses.
En el siglo XIX Camboya se convirtió en un protectorado francés, junto a Laos y a Vietnam, formando Indochina.
En la década de 1870, los oficiales franceses asentados en Camboya empezaron a presionar para lograr un mayor control sobre los asuntos internos. En 1884, el rey Norodom se vio forzado a firmar un tratado que transformó su país en una auténtica colonia y provocó una rebelión de dos años que constituyó el único gran levantamiento en Camboya antes de la II Guerra Mundial. La rebelión finalizó cuando el rey persuadió a los rebeldes de abandonar las armas a cambio del retorno a la situación anterior.
Durante las décadas siguientes, los oficiales camboyanos de alto rango abrieron la puerta al control francés directo sobre la administración del país. Los franceses mantuvieron la corte de Norodom en un esplendor desconocido desde el apogeo de Angkor, lo que ayudó a afianzar la posición de la monarquía. En 1907, los propios franceses presionaron a Tailandia para que devolviera las provincias del noroeste de Battambang, Siem Reap y Preah Vihear a cambio de concesiones territoriales de Laos a los tailandeses. Esto significó que Angkor volviera a control camboyano por primera vez en más de un siglo.
A Norodom I le sucedió Sisowath (1904-1927), y a este, el rey Monivong (1927-1941). A la muerte de Monivong, el gobernador general francés de la Indochina ocupada por Japón, el almirante Jean Decoux, colocó al príncipe Norodom Sihanouk, de 19 años, en el trono camboyano.
Durante la II Guerra Mundial, las fuerzas niponas ocuparon la mayor parte de Asia, y Camboya no fue una excepción. Sin embargo, los japoneses permitieron a la Francia de Vichy, aliada de los alemanes, controlar Camboya. El precio fue conceder a Tailandia (un aliado japonés, si puede llamarse así) gran parte de las provincias de Battambang y Siem Reap de nuevo, zonas que no fueron devueltas hasta 1947. Sin embargo, tras la caída de París en 1944, los japoneses se vieron forzados a tomar el control directo del territorio a principios de 1945.
Tras la II Guerra Mundial, los franceses regresaron y convirtieron a Camboya en un Estado autónomo dentro de la Unión Francesa, pero manteniendo el control de facto. Los años inmediatamente posteriores a la guerra estuvieron marcados por las disputas entre varias facciones políticas del país, una situación que se hizo más inestable por la guerra entre franceses y vietnamitas, que luego se extendió a Laos, y finalmente, a Camboya.
La guerra acabó tras los acuerdos de la Conferencia de Ginebra en mayo de 1954, que puso fin al control francés de Indochina.
El 9 de noviembre de 1953 se proclamó la independencia de Camboya y en 1955 Sihanouk abdicó al trono, un golpe maestro que otorgó a Sihanouk tanto autoridad real como poder político. Su partido, recién creado, Sangkum Reastr Niyum (Comunidad Socialista Popular), ganó todos los escaños del Parlamento en las elecciones de septiembre de 1955, y Sihanouk dirigió la política del país durante los 15 años siguientes.
En 1965, Sihanouk, convencido de que EE UU había estado conspirando contra él y su familia, rompió relaciones diplomáticas con Washington y se alió con los norvietnamitas y China. Además permitió a los comunistas usar el territorio camboyano en su enfrentamiento contra Vietnam del Sur y EE UU. En marzo de 1970, mientras Sihanouk se encontraba de viaje en Francia, el mariscal Lon Nol y el príncipe Sisowath Sirik Matak, primo de Sihanouk, protagonizaron un golpe de estado con la ayuda de Estados Unidos. Sihanouk se estableció entonces en Pekin, donde formó un gobierno en el exilio a la vez que establecía una alianza con un movimiento revolucionario que él llamó "Jemeres Rojos".
El principal líder de los guerrilleros Jemeres Rojos se hacia llamar Pol Pot, de 50 años de edad, quien estudio budismo en su adolescencia. Según investigadores, una de sus hermanas fue aceptada como integrante del cuerpo de baile de palacio real del reinado de Camboya y terminó como concubina de la corte y sufrió continuos desprecios como objeto sexual de los poderosos. Pol Pot, que vivía en el mismo recinto que ella, era testigo diario de la amargura de la muchacha, lo que le creó un odio visceral contra todo lo que representaba la monarquía.
En su juventud se afilio a los movimientos independentistas y comunistas de Indochina contra el colonialismo francés, aunque desde su inicio rechazó las ideas de Ho Chi Minh de unidad de todos los revolucionarios de la región y por el contrario estimuló el odio a Vietnam y a sus habitantes y espoleó un nacionalismo a ultranza y pretensiones de adueñarse de regiones fronterizas del sur de ese país.
Con el control del país en manos de los norteamericanos, sus bombarderos B-52, arrojaron 280.000 bombas sobre Camboya, tres veces más explosivos que durante todos los lanzados contra Japón durante la II Guerra Mundial. En su intento de destruir las fuerzas vietnamitas mataron a centenares de miles de camboyanos pero paradójicamente los ataques fortalecieron a Pol Pot, quien tuvo el apoyo de amplios sectores campesinos la mayoría iletrada e ignorante de cualquier posición ideológica los cuales integraron sus fuerzas y lo consideraban un semi dios. El 16 de abril de 1975, los Jemeres Rojos entraron en Phnom Penh, solo dos semanas antes del fin de la guerra en Vietnam tras la caída de Saigón.
Paroxismo de terror
A partir de aquí comenzó la locura: ciudades despobladas con sus habitantes desplazados al campo, único lugar libre del nefasto capitalismo donde llegaron a trabajar entre 12 y 14 horas diarias. Fueron exterminados aldeas enteras sin distinción de mujeres, ni niños de las etnias de origen vietnamitas y otros miles fueron ejecutados dentro de las propias filas de los partidarios del régimen por acusaciones de tener simpatías con Vietnam, EEUU, la URSS o cualquier otro país del mundo.
Pol Pot ordenó el casi completo aislamiento del país, instaurando una economía autosuficiente basada en la agricultura. Los extranjeros fueron expulsados del país y las embajadas fueron cerradas (a excepción de las de países simpatizantes como China y Corea del Norte).
Se destruyeron los vehículos a motor, las bibliotecas y las medicinas. Los bancos fueron destruidos hasta los cimientos, al igual que buena parte de las ciudades. Se prohibió la moneda, el comercio, el mercado, las religiones, las escuelas, la literatura y toda forma de arte y cultura, ya que Camboya, ahora rebautizada Kampuchea, podía basarse sólo en la sabiduría popular.
La primera solución para los que Pol Pot consideró sus enemigos fue la muerte administrada por igual y sin contemplaciones para funcionarios y militares del antiguo régimen, a integrantes de la realeza y a todos los que tuvieran enseñanza superior o parecieran intelectuales, juntos con su familia para que los intelectuales no pudieran tomar el poder. El país se lleno de centros de torturas y ejecuciones, instaladas en escuelas.
En esta locura y dentro de la destrucción de todas las élites intelectuales a las que se consideraba subversivos, se asesinó a profesores, abogados o médicos. En esta espiral de destrucción se eliminó después a los que sabían un segundo idioma y finalmente, según relatos, a todos los que llevaban gafas, pues los lentes eran síntoma de veleidad intelectual. Se eliminaron los conglomerados urbanos y se declaró a los habitantes de la ciudad como enemigos del Estado y fueron enviados a campos de concentración donde eran obligados a trabajar, sin alimentación hasta morir.
El genocidio que cometió Pol Pot sobre la población camboyana fue el más terrible crimen desde el Holocausto. Causo cerca de dos millones de muertos, no solo por ejecuciones y torturas, sino por las epidemias y hambrunas que producía las características agrarias del Régimen. Hay que recordar que todo esto se produjo ante la impasibilidad de la ONU y de las grandes potencias, las cuales decidieron mirar para otro lado y no hacer absolutamente nada, que es lo que suelen hacer cuando no hay en juego grandes intereses económicos, (Recordemos también el genocidio de Ruanda, llevado a cabo ante las narices de la inservible ONU). Solo a partir de 1993 Occidente se dedicaría a investigar el Genocidio Camboyano. Según datos del Banco Mundial, la expectativa de vida en ese país en 1977 era de poco más de 19 años. Compárese este dato con el de Vietnam, que en el peor momento de la guerra era de 59 años.
Las continuas incursiones de los Jemeres Rojos en su territorio, provocaron la reacción vietnamita el día de navidad de 1978, Decididos a terminar con el gobierno de Pol Pot Hanoi lanzó una ofensiva que se prolongaría hasta el 7 de enero del siguiente año, cuando el ejército de Vietnam tomó Phnom Penh, para el alivio de muchos camboyanos. El Príncipe Norodom Sihanouk, volvió a refugiarse una vez más en China, mientras que Pol Pot y algunos de sus seguidores huyeron a la selvas del norte del país con la intención de continuar la lucha con el apoyo de Estados Unidos y Tailandia, quienes temían la expansión del comunismo vietnamita a otras regiones.
China respondió a la invasión vietnamita a su aliado, pero debió retirarse debido a la intervención de la URSS en apoyo de su aliado Vietnam.
En 1982, los Jemeres Rojos se unen a otros frentes guerrilleros dirigidos por el príncipe Norodom Sihanouk, quien es nombrado presidente de la Coalición Camboyana. En 1985, Pol Pot renuncia a la dirección de los Jemeres Rojos, aunque mantiene una cuota de poder en el Partido. En 1988, Vietnam plantea retirarse de Camboya a cambio de que los Jemeres Rojos desaparezcan de la esfera política.
En 1989 se produce una Conferencia Internacional sobre Camboya en Francia. En ella China se compromete a dejar de ayudar a los Jemeres Rojos a cambio de la retirada de Vietnam de Camboya. El 23 de octubre de 1991 se firmaba en París un acuerdo que debía traer a Camboya la paz y fundar las bases de un Estado de Derecho democrático, estableciéndose en Camboya un gobierno de transición supervisado por la Organización de Naciones Unidas. El príncipe Sihanouk regresa al país y se reinstauró la monarquía constitucional. En 1996 los Jemeres Rojos empiezan a fraccionarse, abandonado la lucha muchos de sus miembros. El 25 de julio de 1997, Ta Mok, líder de lo que quedaba de los Jemeres Rojos, ordena el arresto de Pol Pot, y luego de un juicio popular se le condenó a vivir en cautiverio. Los Acuerdos de París fueron sin duda un paso importante en el declive de los Jemeres Rojos, que acabarían deponiendo las armas definitivamente en 1998, tras la muerte de Pol Pot el 15 de abril de 1998 y el arresto de Ta Mok mientras intentaba huir a Tailandia.
Las luchas que asolaron el país en el siglo XX han desaparecido totalmente y solo resta el problema de los juicios a los responsables del genocidio de cerca de aproximadamente un cuarto de la población del país. Para tener una idea de la dimensión de este número, digamos que la Segunda Guerra Mundial le costó la vida a aproximadamente el 10% de la población en Alemania.
En la actualidad
La población ha recuperado la mayor parte de las enormes pérdidas durante dicho genocidio y la capital concentra gran parte del crecimiento. La inmensa mayoría de los camboyanos practica la religión budista, aunque hay una pequeña minoría islámica, los cham.
La economía camboyana ha gozado los últimos dos decenios de una notable expansión, apoyada en un próspero sector primario en el valle del Mekong, la inversión extranjera en industrias y servicios, la exportación de manufacturas industriales y el auge del turismo. Sin embargo, todavía hay graves problemas como la falta de infraestructuras de transporte, la elevada corrupción política y la escasez de mano de obra cualificada.
La visita al Museo del Genocidio Camboyano de Tuol Sleng ubicado en lo que fuera S-21, la prisión de alta seguridad que Pol Pot y los Jemeres Rojos establecieron en la capital de Camboya, Phnom Penh, es una de las visitas más duras que se pueden hacer en Camboya y de hecho, en todo el mundo. Sin embargo, también supone una enorme lección de historia contemporánea y del sufrimiento extremo al que fueron sometidos millones de camboyanos hace tan sólo unos años.
http://elkronoscopio.blogspot.com.es/2018/01/khmer-rouge-el-autogenocidio-camboyano.html?m=1
Siempre se habla bastante de Pol Pot y su brutalidad y justo acababa de leer este artículo, que me ha parecido bastante conciso y neutral dentro de lo que cabe y me ha parecido oportuno compartirlo. La estadística de la esperanza de vida en Camboya es...sobrecogedora como poco. Espero que os resulte tan interesante como me ha resultado y sirva para dar un poco de información sobre aquella brutalidad. Por cierto, destacar la parte en la que nuestro amigo Pol Pot acaba siendo guerrillero con apoyo estadounidense y perseguido por vietnamitas...de locos total. Las películas de Hollywood sobre la Guerra de Vietnam se quedan cortas comparadas con la realidad más dura.