Para los reaccionarios que no tienen ni puta idea de lo que es la libertad ni la comprenden, y luego van de adalides de la misma:
No me iba a molestar, por motivos que son más que obvios, pero voy a intentar exponer algunos puntos de la forma más clara posible. No pretendo dar ninguna visión especialmente esclarecedora, solo ejercer un pequeño desarrollo de conceptos básicos. No servirá de nada pero así, cuando digáis futuras idioteces, solo tendré que referirme a esta respuesta y ahorraré tiempo.
Primero hay que entender que los humanos somos seres altamente interdependientes. Incluso en las sociedades más primitivas existen multitud de mecanismos que hacen patente esta interdependencia, no hablemos ya de sociedades más avanzadas y altamente burocratizadas.
En el marco de la libertad individual podemos establecer distintas dimensiones de dicha libertad individual: social, económica, cultural, etc. En cada una de estas dimensiones podemos ver que existen unas restricciones. Por poner un ejemplo, la cultura que has heredado ya impone ciertas restricciones.
Isaiah Berlin establecía dos conceptos de libertad: libertad negativa y positiva. La libertad negativa es la ausencia de coerción, mientras que la libertad positiva es el deseo de hacer lo que uno desee y que todos mis actos sean producto de mis propias decisiones. No es difícil ver que esto no son más que dos caras de una misma moneda, aunque muchos se empeñen en imponer "su libertad positiva" ignorando la coerción que pueden estar ejerciendo sobre el resto debido a las interdependencias antes mencionadas.
La ausencia de coerción es, sin duda, un tema complicado. Por volver a la dimensión cultural, es obvio que la herencia cultural es deseable, pues nos ahorra siglos de progresos que ya han sido realizados por nuestros antecesores, esta forma de herencia habilitada por las distintas formas de comunicación no deja de ser una de las principales bazas de la humanidad. Ahora, uno podría argumentar que su herencia recibida limita su libertad, pues modela su forma de pensar en formas mucho más profundas de los que muchos pueden llegar a sospechar: incluso la forma de comunicación concreta utilizada modela a muy bajo nivel los distintos mecanismos cognitivos del individuo. Pero sería absurdo proponer que el individuo carente de esa herencia sería más libre: lo que hay que asegurarse es de que el sistema de transmisión cultural provea los mecanismos suficientes para ejercer la mínima coerción sobre el individuo.
Estos sistemas son extrapolables a otras dimensiones de la libertad individual. Si te acoges a dicho sistema, es obvio que tu libertad negativa tendrá sus límites en el marco establecido por dicho sistema. Ahora, he aquí el problema, ¿cómo definimos ese sistema? ¿Cómo dibujamos esa frontera de la libertad negativa? Uno tendrá que definir esa frontera conforme a aquello que considere más beneficioso.
Puedo considerar que en el marco de una libertad religiosa positiva es beneficioso que cada uno desarrolle y haga proselitismo de su religión. Sin embargo puedo considerar que algunos valores de esa religión ejercen cierta coerción sobre mis acciones. Por ejemplo, no comer carne durante la cuaresma cuando considero que la carne es una parte esencial y beneficiosa de mi dieta. Estaré definiendo un sistema en el que soy capaz de evaluar distintos aspectos de esa religión conforme a lo que considero beneficioso.
El problema surge cuando muchos de estos sistemas, por las características inherentes al mismo, se ven impuestos a otros. Esto es especialmente claro con sistemas que requieren cierta jerarquía y centralización. Un ejemplo claro son las distintas formas de gobierno, el gobierno no deja de ser una figura que intenta centralizar la toma de decisiones que pueden afectar a estas libertades. Las formas de gobierno más autoritarias centralizan estas decisiones en una persona (el rey, el emperador, el dictador, el caudillo...) y por tanto estas personas impondrán al resto los sistemas que consideren más beneficiosos conforme a sus propias libertades. Cuanto más distribuido es el sistema político más posibilidades tendrá cada individuo de establecer su propio sistema.
Finalmente, llegamos al feminismo. La cuestión del género es una de las formas más evidentes de establecer distintas abstracciones entre seres humanos. Es obvio que hombres y mujeres disponen de características fácilmente identificables y que podemos abstraer las cuales son completamente ajenas del uno al otro. A la hora de establecer una jerarquía lo primero que debemos hacer es decidir qué individuos establecerán los distintos estamentos de dicha jerarquía, debemos realizar una abstracción que se atenga a cada estamento de la jerarquía.
Es obvio que las jerarquías predominantes en la historia más o menos reciente tienden a empoderar dentro de la misma a abstracciones masculinas, estableciendo lo que definimos como patriarcado.
El hembrismo, o feminismo revanchista, habla de dar la vuelta a la tortilla, de conservar estas estructuras jerárquicas pero empoderar a las mujeres dentro de las mismas. Personalmente considero que esto no solo no es deseable sino que es fútil, mientras se conserven dichas estructuras jerárquicas existirá el riesgo de que uno u otro grupo se vea oprimido, esto es, vea que sus libertades están definidas en el marco que les ha impuesto una autoridad.
Lo que es necesario es cuestionar, y eventualmente derribar, estas figuras de autoridad en todos los marcos (no exclusivamente en el marco político) hasta que cada uno sea capaz de atenerse a su propio sistema. Cuando uno dice "esta chica es una guarra por bailar así" estará ejerciendo su libertad negativa, pero estará reforzando una figura autoritaria claramente presente de forma cultural en la que las mujeres son más susceptibles a ser denigradas conforme a determinados comportamientos. Personalmente, no considero que nadie deba censurar esa opinión de forma jerárquica, pero es obligación de todos aquellos que consideran la libertad como algo positivo el reprobar ese tipo de opiniones que refuerzan figuras autoritarias y son contrarias a que existan sistemas más distribuidos que permitan una mayor libertad.
Como dijo Susan Brown es necesario entender que la lucha por la libertad existe en muchos frentes y el feminismo no es más que uno de esos frentes. Ninguno de estos frentes es más importante que otro y ninguno de estos frentes debe ser despreciado, pues solo mediante la lucha en todos los frentes se podrá llegar a una sociedad realmente libre. Una sociedad donde la libertad positiva de unos no limite la libertad negativa de otros. Una sociedad en los que los sistemas requeridos para dibujar las distintas fronteras sean elegidos de la forma más distribuida posible. Una sociedad realmente libre.