No sé vosotros, pero desde que nací me he rodeado de un ambiente familiar y social que suele culpar a la conocida suerte de todas sus desgracias, da igual el motivo, el lugar, la hora, si algo sale mal, culparé a la suerte antes de aceptar que he cometido errores en el pasado.
¿Mi novia me ha dejado? Tengo mala suerte con las mujeres. ¿Me han echado del trabajo? Tengo mala suerte para el trabajo. ¿Me he tropezado y me he caído en la calle? Tengo mala suerte para todo. Es una práctica que está a la orden del día, ya no solo en España, si no en todo el mundo, una práctica tóxica para el ser humano en la que acabas culpando de todas tus desgracias a algo que no existe, engañándote a ti mismo y tan siquiera te planteas lo que has podido hacer mal o qué te ha llevado a esa situación.
Conozco un caso cercano de un familiar, el hombre llevaba más de 2 años sin trabajar y sin pegar palo al agua, se quejaba de que no encontraba trabajo y que el estado no le ofrecía formación, aún así, todos los días bajaba al bar mañanas y tardes para luego volver a las diez de la noche a casa. En las cenas familiares, no sabía hacer otra cosa que cagarse en su suerte y dar pena, pero la realidad era que no había echado ni un solo currículum en esos años ni mucho menos buscó cursos de formación, prefería pasar el día en el bar.
Típico también hablar de la suerte de otros. "Joder, que suerte tiene Fulanito, vaya novia se ha echado" "Joder, vaya suerte tiene Pepita, menuda casa se ha comprado" esto roza lo patético, sobre todo cuando miras a los ojos al que lo dice y ves la envidia en su mirada.
¿Creéis, entonces, en la suerte?