Las crónicas de Tormento
La historia del hombre fue siempre escrita en roja sangre. Pisamos en días en el que el punto límite de toda historia conocida se acerca. Era de miedo y desconcierto. Crece la ira y el alma del hombre en barbecho durante decenios, es regada en estos momentos con la mentira del poderoso. La ignorancia y el ego abundan y se alimentan en el caldo más fertil que hayamos conocido. Prevalece el tirano ante la pasividad del hijo de un planeta herido. Aunque la mano solucione el error, el defecto permanece y se hace más fuerte con cada sol.
Me preguntas. ¿Cual es la causa? Quizá la malinterpretación del libre albedrío. ¿El culpable? Sin duda, el habitante que reposa en la ineptitud mientras contempla sin remordimiento su espiritu vano. Aquel que fija su morada en el cuadrado de la nada.
¿Deseas añadir algo más maestro? – Esther levantó los ojos del teclado y escrutó la faz de su amado mentor. Como solía hacer últimamente, aquel a los que sus enemigos conocían por Tormento, permaneció rígido escrudiñando los entresijos del futuro o quizá recordando el hombre que fue en un pasado lejano.
¿Maestro? – La muchacha notó como Tormento dirigía su mirada hacía ella y tras unos segundos la fría mueca del clarividente se tornó en una cálida sonrisa.
Lo siento mi niña, solo meditaba, creo que la edad me vuelve nostálgico.
Puedo preparar un poco de te, si te apetece.
Gran idea, creo que una de tus magníficas infusiones calentarían estos huesos de agorero en retiro – Esther sonrió y dirigió sus pasos a la pequeña cocina eléctrica situada en una esquina del estudio.
He traido el periodico, se que no le prestas mucha atención Maestro, pero hoy he leido algo realmente sobrecogedor. La noticia en si explica como según varios análisis genéticos unos cientificos de la universidad de Cambridge han demostrado que los restos que se encontraron en el bunker en Berlin durante el final de la segunda guerra mundial no pertenecían a Hitler y Eva Braun – La muchacha terminó de preparar el te y se sentó de nuevo al ordenador mientras tendía la taza a su mentor y le comentaba la noticia – Aquí tienes, sin azucar y de la India como te gusta – Casi no pudo terminar la frase cuando se dio cuenta de que el clarividente volvía a estar en trance, esta vez con una extraña mirada de odio en sus ojos.
La chica reparó en las manos del vidente que ceñían fuertemente un objeto metálico. Esther se acercó un poco más mientras su maestro permanecía en esa especie de letargo que tanto le caracterizaban. Una cruz de malta en negro con ribeteado en plata. Esther reconoció la cruz de hierro, condecoración que fue creada por Guillermo III para ser utilizada en 1813 y reconvertida por los nazis en la segunda guerra mundial para premiar los meritos de guerra. El ribete tricolor con la bandera alemana en la cinta le dio una idea a Esther de que efectivamente se trataba de esta última, una cruz de hierro nazi.
Tienen razón – La muchacha dió un bote debido a la sorpresa y a la voz profunda y grave de su maestro. El te vino a parar al suelo. Ahora el vidente la miraba fijamente y La muchacha reconoció visos de amargura en aquella mirada – Lo siento maestro no quería molestarte, solo miraba la medalla, no creí que...
Tranquila mi niña no hay nada por lo que debas pedir perdón – Tormento pareció recuperarse de alguna pesadilla y sonrió forzadamente - A veces los recuerdos son amargos. ¿La medalla? Me has recordado los sucesos de la caida del Reich y he desempolvado un viejo trofeo de guerra, eso es todo.
¿A qué te referias Maestro, con “Tienen razón” – Tormento sonrió con dulzura – Me refiero a que Hitler no murió en su bunker, Ni que aquellos restos que los rusos encontraron eran los suyos. De hecho hace mucho tiempo que los grandes gobiernos lo saben, probablemente alguien ha tenido acceso a algún informe secreto o a restos conservados de la época y ha decidido sacarlos a la luz. De hecho Hitler fue asesinado siete años más tarde, en 1952 en Argentina en una región al suroeste de la Pampa llamada Zapala. Su ejecutor aparece solo en un libro de historia, quizá una historia a la que nadie presta mucha atención.
Increible – Esther miraba ahora boquiabierta a su mentor y reflexionó por unos segundos – Si le asesinaron, alguien sabría que aun seguía con vida.
Efectivamente, de hecho como te dije solo existe una mención en la historia para el asesino – Tormento se acercó al estante y su dedo fue pasando por los ricos encuadernados hasta que encontró lo que buscaba – Veamos, aquí tienes, página trescientos cuarenta y ocho, si no recuerdo mal en el tercer parrafo – El vidente aguardó por unos segundos - ¿Lo ves?
No Maestro, solo menciona las extrañas apariciones descritas por soldados alemanes y rusos de un hombre de negro que vigilaba el bunker, a veces durante días, desde las ruinas de los tejados, tambien habla del terror que producía en ellos tan solo la visión de aquel ser oscuro, ya que como cita aquí, aquellos que se acercaban excesivamente desaparecían. Igualmente dice que los alemanes le llamaban Mann in schwarz, el hombre de negro.
Esther dió otro rápido vistazo a la página pero solo aquella extraña referencía que no recordaba haber visto en ningún otro libro sobre los últimos días del Berlín nazi – Muy raro, cada vez que quieres enseñarme algo maestro tengo la extraña sensación de que existe una historia paralela negada a los mortales de a pie.
Te diré algo mi niña, las horas de vigilancia no fueron suficientes, Hitler escapó de su bunker ante mis ojos y solo siete años más tarde pude saber como.
¿Eras tu Maestro? – Tormento sonreía ahora condescendiente en la sapiencia de que demasiada información de una sola sentada puede acarrear problemas.
Bueno digamos que tras siete años pisandole los talones el tirano pagó con creces sus pecados.
Esther aun extasiada ante los acontecimientos no daba credito a sus oidos - Me hubiera gustado tan solo haber experimentado los días de pena en el mundo en la guerra de aquellos días, buscar paralelismos, estudiar todos y cada uno de los acontecimientos, aunque reciente la segunda guerra mundial aun esconde muchos secretos. ¿Que puede hacer que un hombre se vuelva malvado de la noche a la mañana? Siempre quise saber más sobre los últimos días del Reich. ¿Por qué Hitler decidió huir finalmente y como lo hizo?
El vidente reflexionó por unos intantes y miró fijamente a los ojos de su aprendiz – Está bien aunque quería prepararte en algunos campos antes de mostrarte la percepción y la recepción y teniendo en cuenta la rápidez que demuestras en el aprendizaje te enseñaré algunos fragmentos. Siempre y cuando sigas mis instrucciones todo irá bien. No temas ante lo que verás o sentirás pues es pasado, yo haré de transmisor y tu de receptor. Intentaré ahorrarte la parte que menciona en el libro sobre aquellos que se acercaban demasiado y desaparecían – Esther frunció el ceño y se quejó – Nunca me ha gustado la censura.
Está bien como desees, yo estaré a tu lado, piensa que lo que veas será aquello que quedó grabado en mi mente, aunque experimentes exactamente aquello que yo experimenté en su día no sufrirás daño alguno. Bien ¿Estás preparada?
Claro maestro
Bien cierra los ojos y abre tu mente...Comencemos por el principio...
Continuará...
Las faltas si veis alguna me lo decis y las edito, espero que os guste, si no pues a otra cosa mariposa. Saludos