En general, los nostálgicos de "aquella izquierda oh! pura de verdad" que ahora no valdría ni para tomar por culo, gustan de referenciarla por el mismo motivo que uno de derechas, que por complejo a no ser llamado "facha" (que a cada vez menos de ellos les importa) dicen declararse liberales. Sienten su complejo tapado.
Ok. ¿Los hechos?
Ahora mismo la representación de la izquierda española son mediocres moralistas en búsqueda de un espacio de autoridad que no se les concede. Que es lo que más les jode. Ni son buenas personas en luchas por derechos e igualdad, ni hostias en vinagre. Y se acaba viendo tarde o temprano.
Blanquean una historia que ni estudiaron ni comprendieron. Se retroalimentan en una pedante autocomplacencia de sentirse los "buenos" en el mundo o los únicos que tienen empatía por los males que aquejan a la sociedad.
Y sin embargo la gente que hace aportes reales y buenos en el mundo son justo aquellos a los que no se les oye.
Con la derecha de hoy pasa algo parecido. Críos nostálgicos de figuras del pasado de España que ni siquiera llegaron a estudiar ni entienden. No quieren moverse, ni se movilizan. Al principio ni les importaba la política. Solo querían echarse su Fortnite, la paja antes de dormir y aprobar sus exámenes. Pero hartos ya de que los de izquierda les den la turra a menudo sobre lo patéticos que son por no simpatizar con sus ideas de iluminados en la bondad, descubren que mencionar a Franco, hacerse llamar "fachaHeroes" y demás, mosquea a esos insufribles baizuos. Y usan eso. Se ponen a leer a esas figuras volviéndolas a romantizar con memes y mofa, porque saben que cabrean a sus oponentes.
Y cada vez se polariza más y más la cosa.
La diferencia está en que hoy día no nos batimos en duelo ni nos matamos por las calles como en los años 30 del siglo pasado.
Ahora nos disparamos tuits, memes o discutimos en foros pensando que "aportamos algo a nuestra lucha de mierda". Y creemos que como nada va a acabar desembocando en un conflicto grave y violento, seguimos. Cada uno en su bando disparando sus tuits y sus memes.
Cambian los tiempos, las formas de "hacer política", pero lo que no cambia es la pereza que tienen las personas que les impide acceder al estudio dedicado de qué cojones pasó con nuestros antepasados, qué lecciones aprendieron a las malas y cuyas moralejas deberíamos aprovechar.
Esa curiosidad ya no existe. Nos enchufamos a "influencers" y bocachanclas de los medios que nos dicen qué tenemos que pensar para ahorrarnos el esfuerzo.
La diferencia es que toda esa panda de hijos de puta -probablemente hasta más gilipollas que tú-, come de eso y tú no. Come de idiotas que se ponen avatares en sus perfiles de líderes políticos/militares/revolucionarios de todas las épocas en sus redes para seguir empujando un "mensaje de mierda" que no sirve para nada, y comen de pasta del gobierno que les cae a través de medios al servicio de esos poderes.
Y esa tensión crecerá hasta que reviente por algún lado. No sé cómo.