El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza ordenó ayer el ingreso en prisión de Alberto G. L., de 40 años, como autor confeso del asesinato de Carlos Miguel F. B., de 58, cometido en la madrugada del pasado miércoles en un camino de La Puebla de Alfindén.
La víctima fue encontrada a las 5.45 por un joven agricultor de la zona cuando se dirigía a trabajar. Tenía dos disparos en la cabeza y el autor del crimen le había quitado la cartera, el reloj, las llaves y las gafas. Veinticuatro horas después fue detenido como presunto autor del crimen Alberto G. L., un hombre de estética y pasado neonazi que al principio solo reconoció que le había dado cuatro puñetazos pero que más tarde confesaría haberlo matado.
La explicación: que le "estafaba" y que "se le fue la pinza". El supuesto engaño del que fue objeto por parte del fallecido hacía referencia a un préstamo que éste debía conseguir para que él montara un negocio. De ese préstamo, Carlos Miguel F. B. se llevaría un dinero por ponerlo a su nombre ya que el detenido tenía otras deudas y temía que le embargasen.
Al parecer, la víctima le fue dando largas y ante el inminente vencimiento de varios pagarés para mantener un bar que actualmente regenta en Santa Isabel, le exigió que cumpliera su palabra. Además, fue a un banco a comprobar si era cierto que Carlos Miguel F. B. había solicitado el préstamo y el director de la sucursal le dijo que no tenía ni idea de qué le hablaba.
El pasado martes se lo reclamó y la víctima le dijo que tendría que ser más adelante, que ahora era imposible. Eso enfadó bastante a Alberto G. L., que inició una discusión que terminó a golpes. No obstante, después de pegarle lo llevó a su casa de La Puebla, en un piso de la calle de Río Cinca, para que se lavara y se limpiara la sangre.
Después, le dijo que lo llevaba en su coche a Zaragoza, pero por el camino volvieron a discutir por el dinero. Por ese motivo, el arrestado afirma que paró el coche, ambos se bajaron y él comenzó de nuevo a golpearle con gran violencia, con puñetazos y patadas, mientras la víctima le decía que confiara en él que sacarían el negocio adelante.
En ese momento asegura que "se le fue la pinza" y que volvió al vehículo para coger un palo pero entonces se encontró con la pistola que llevaba en la guantera habitualmente y la cogió. Después afirma que no recuerda qué sucedió, pero la evidencia demuestra que le pegó dos tiros en la cabeza, después de haberle dado una paliza.
El cadáver fue encontrado con dos orificios de bala, uno en el frontal derecho y otro en la zona temporal. Además, tenía importantes lesiones en la cara.
En su descargo, declaró que había bebido alcohol y que había tomado cocaína que le había ofrecido Carlos Miguel F. B. Tras cometer el crimen, se fue a su casa y por el camino tiró la pistola. El arma ayer todavía no había sido encontrada, por lo que cabe la posibilidad de que no diga la verdad sobre este extremo. Tampoco supo explicar por qué le quitó el reloj, la cartera, las llaves, las gafas y la camisa. El cuerpo apareció vestido con chaqueta, pantalón, zapatos y ropa interior.
El juez, tras escuchar su declaración, decretó su ingreso en prisión provisional sin fianza por un presunto delito de asesinato, otro de tenencia de armas prohibidas y otro de tenencia ilícita.
Las gestiones practicadas por la Policía Judicial del Grupo de Delitos contra las Personas y del Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil han sido fundamentales para resolver el caso.
(http://www.heraldo.es/heraldo.html?noticia=200466)
Les hay tontos y luego....