#64 Completamente de acuerdo contigo en el sentido de que también están las experiencias positivas al respecto, sobretodo el llegar a conocer buenísimos profesores de los cuales guardo un grato recuerdo (clave para que la asignatura te caiga bien, aprendas, y sea agradable su curso), pero han sido casos realmente muy puntuales a lo largo de muchísimos años.
Pienso que cualquiera no debería poder ser profesor, no es cuestión solo los conocimientos que se tengan si no cómo se transmiten.
Recuerdo por ejemplo el caso de un profesor que tuve en bachiller, que el tipo tenía su propio método de evaluación y decía que él no creía en el método de los exámenes. El vomitar el contenido después de aprenderlo de memoria sin importar si aprendes o no, así como otras cuestiones.
El caso es que él planteaba el curso a base de trabajos relacionados con el temario que íbamos dando, y puntuaba a cada alumno con respecto a ello. Eran trabajos agradables de realizar, a veces en grupo, a veces en solitario. Funcionaba. Aprendíamos y llevábamos el curso sin la presión y el estrés de los exámenes, sin preocuparnos por un maldito número o de memorizar X páginas. La asignatura no era de mis preferidas pero hasta me llegó a gustar, disfrutaba aprendiendo en ella.
Hasta que llegó el día en que alguien se "chivó" de su forma de hacer las cosas al resto del profesorado y la bronca que llegó a llevarse fue monumental, aparte de ser forzado a ajustarse al método establecido (es decir, volver a los exámenes).
En nuestra clase llegamos a hacer una pequeña "huelga" al respecto. En uno de esos días en los que teníamos un exámen con su asignatura todos nosotros se lo entregamos completamente en blanco.
Ahora que lo recuerdo, en esa época la profesora de matemáticas estaba como un queso, vaya escotes que llevaba, y las faldas... Las ecuaciones nunca fueron lo mío, pero durante esa época creo que llegué a amar un poco a los números.
¡Y un profesor de religión!, menudo crack era ese hombre. Nos mandaba deberes en la clase y mientras tanto él se sentaba haciendo ver que leía el libro de la asignatura, cuando en realidad por la parte interior del mismo lo que tenía era el manual del PC Fútbol o incluso tebeos de Mortadelo y Filemón (era descarado el tema porque no lo trataba de disimular mucho que digamos). Qué recuerdos joder.
Me he puesto a rememorar historias y podría seguir hasta aburrir, así que mejor lo dejo aquí. Podría dar para un nuevo hilo donde comentáramos todo tipo de experiencias divertidas o curiosas de la etapa estudiantil, apuesto a que cada uno de nosotros podría escribir una pequeña novela al respecto.
¡Disculpad por el ladrillo!