#20 No no, yo tampoco creo que sea la solución ni mucho menos. Y teniendo en cuenta eso que me dices, ahora mismo lo más importante sería sentarse en serio con la niña e intentar hacerle ver que ese sinvergüenza no le conviene y que no puede ser que domine su vida. Una vez hecho eso, que sería lo más difícil de lejos, habría que comunicar al moro de buena manera que se le acabó el chollo, y si con esas se pone chulo, a las autoridades.
Imagino que hacer entrar en razón a la niña es vuestro verdadero problema, lo que no sé es si sus padres y más allegados se han juntado para hablar con ella seriamente e intentar dejarle claro que están muy preocupados por ella. Una persona normal que se entera de que está haciendo daño y preocupando a sus familiares más cercanos, quedará afectada y estará más predispuesta. Evidentemente, nada de imposiciones ni broncas en principio, que a la niña le entrarían aún más ganas de irse con el moro nada más que para dar por culo. Según mi experiencia, lo mejor es darle la razón en ciertas cosas para que le quede claro que se le tiene en cuenta y que se le respeta, pero decirle claramente que con ese moro no.
A parte de eso no se me ocurre mucho. Desgraciadamente me temo que hacer entrar en razón a una adolescente rebelde es complicado de cojones porque generalmente son egoistas, no tienen experiencia en la vida real, y se sienten atacadas a la mínima. Y llevarla a Madrid yo creo que es una muy buena idea. Salir del pueblo y, si puede ser, conocer a otra gente, le vendría de lujo.
Una pregunta, ¿A qué se dedica tu concuñada? ¿Estudia, trabaja, vive del cuento?