Tony Curtis, uno de los rostros más famosos y sensuales del cine norteamericano, ha muerto a los 85 años, según ha informado su hija y representante al Entertainment Tonight. Con presencia en más de 140 películas, Curtis, que estuvo nominado al Oscar con el mejor actor pero nunca obtuvo la preciada estatuilla, se hizo célebre por sus interpretaciones en obras maestras como Con faldas y a lo loco o Espartaco.
Nacido en la ciudad de Nueva York en 1925, Curtis se crió en el barrio del Bronx. Tras pasar por la Armada estadounidense en 1943, decidió meterse a dar clases de interpretación para convertirse en actor. Obtuvo su primer contrato de los estudios Universal y hizo su debut en Hollywood en 1948 con la cinta Criss Cross. Desde su llegada a la meca del cine, el actor tuvo que demostrar que era algo más que una cara bonita y dejó interpretaciones memorables bajo la dirección de importantes directores.
En 1958, crítica y público aplaudieron su papel de prófugo encadenado a Sidney Poitier en Fugitivos, que le valió una nominación al Oscar. Un año después, Curtis no solo se ganó los aplausos sino que llegó al corazón del público con su interpretación en Con faldas y a lo loco. Bajo la dirección del maestro Billy Wilder, Curtis co-protagonizo junto a Jack Lemmon y Marilyn Monroe una película desternillante, alocada e inteligente, cumbre del séptimo arte. En 1960, el actor estadounidense encadenaba grandes cintas con su papel del esclavo Antonino en Espartaco, bajo las órdenes de Stanley Kubrick.
Su historial incluye además otras películas muy recordadas como Trapecio de Carol Reed, El último magnate de Elia Kazan o El estrangulador de Boston de Richard Fleischer.
Curtis se casó cinco veces y tuvo seis niños.
DEP