He intentado reunir en un solo post todo cuanto he escrito acerca de este conflicto durante el antes y el después de la ley anti-tabaco. Aquí lo dejo:
En primer lugar que conste que no estoy de acuerdo con el intervencionismo del estado en esta situación, pero eso no me va a privar de racionalizar y evaluar la situación que estoy observando.
Una cosa es que debatamos sobre el exceso o falta de libertad que pueda tener un empresario a la hora de ejercer su negocio y otra muy distinta es intentar justificar sus acciones desde el neoliberalismo más irreflexivo o condenarles desde el fascismo más obtuso. Parémonos a pensar un momento...
[spoiler=el tocho]El humo del tabaco MOLESTA y PERJUDICA la salud de todos; el que quiera seguir cuestionando eso en pleno siglo XXI y que se le tome en serio en un debate solo puedo desearle suerte. Yo desde luego no voy a perder mi tiempo en debatir con él. Una vez aclarado esto hablemos de libertades.
No seré yo quien le niegue a un propietario el derecho de hacer con su local (de uso público, por cierto) lo que le venga en gana, pero eso no va a cambiar lo evidente a ojos de lo racional: fumar en locales públicos es un acto del todo irreflexivo, además de una falta de respeto hacia los que no fuman (igual que lo pueda ser en un autobús, en el metro, en un avión o en el cine). Que lo hayamos consagrado como una tradición o costumbre incuestionable no lo convierte en algo normal, natural o sensato (o como quiera llamársele). En algunas regiones es costumbre la ablación del clítoris y la lapidación a mujeres que han mantenido relaciones sexuales "ilegales" pero eso no lo convierte en algo sensato y racional. Y para el que me vaya a soltar ahora el típico argumento vacío "pues menuda comparación más absurda", os ruego que releáis lo que acabo de escribir porque no estoy comparando tradiciones; sólo estoy analizando la naturaleza de las mismas y desmitificando la valía que muchos le dan en debates de este tipo. El decir que algo es tradicional o cultural para justificar su prevalencia no solo es inválido como argumento lógico sino que además pone en evidencia la desidia y el costumbrismo acérrimo de esas personas. Realmente aquí solo hay un problema: falta de introspección.
En cuanto al reclamo de libertad del fumador por poder satisfacer su adicción en los lugares en los que antes se les permitía, permitidme que me descojone. Realizar una actividad que molesta, además de poner en detrimento la salud de los que están a tu alrededor, es una falta de respeto hacia esas personas, independientemente de la permisividad que se haya estipulado por ley. Y no entendáis el respeto como una forma de actuar en función de unas normas o una conducta moral prefijada porque no es así: el respeto es una necesidad ineludible que nace de la empatía. Si uno no es capaz de sentir esto tampoco va a ser capaz de intelectualizarlo, especialmente aquellos cegados por su adicción. Bien es cierto que a nadie se le apunta con una pistola para ir a un bar de copas donde se fuma pero ¿qué cojones queréis decirme con eso? ¿Vamos entonces a permitir que se fume en cualquier entorno de ocio por no ser una primera necesidad, como el cine? Por favor... que a los que no fumamos también nos gusta disfrutar del ocio y la socialización nocturna. Cuando salimos de copas una noche todo el mundo sabe perfectamente que los no fumadores preferirían respirar aire sin humo pero la mayoría sacrifica esa molestia por compartir su tiempo con vosotros a pesar de que vuestra moneda de cambio sea apestarles de humo. Lo sorprendente es que los más intransigentes sean los fumadores... cuánto daño hacen las putas costumbres.
En referencia a la permisividad que tiene el propietario respecto al fumador, todos sabemos aquí que no hay otra cosa que un mero interés económico. Algunos han intentado vender esta reacción como una lucha contra el intervencionismo de estado, por la libertad individual. Pero tras ese antifaz lo que se está haciendo realmente es apoyar a la desidia, a la falta de empatía y al interés económico por encima del interés humano. Allá cada uno con su conciencia (el que la tenga) pero las cosas hay que tratarlas por lo que son.
Creo que todos o casi todos estamos de acuerdo en que la ley ha sido una tremenda putada para aquellos que invirtieron su dinero en reformas (que visto lo visto deben haber sido 4 restaurantes y poco más porque el resto ha seguido con la misma tónica de siempre). ¿Pero por qué no en vez de perder el tiempo justificando costumbres absurdas e imprimiendo cartelitos para "demostrar" los cojones que tienen (total, para acabar pagando multas excesivas) se preocupan en moverse y juntar firmas para intentar luchar por conseguir algo decente, como una subvención o una modificación en la ley para aquellos locales que realmente estén acondicionados para satisfacer tanto a fumadores como no fumadores? ¡Joder claro! Se me olvidaba que en España eso de organizarse y manifestarse no se lleva...
Respecto al tema de la ley: que aplicar la ley anti-tabaco, una ley que a ojos del sentido común y la sensatez no sería ni necesaria, suponga pérdidas para el sector por culpa de que los fumadores se sienten desplazados es de chiste. Y no estoy negando las pérdidas, tan solo digo que me parece acojonante que las haya por algo tan inmaduro como un "pues no voy a tu bar/restaurante/discoteca si no me dejas fumar en él". Ya no es solo por la por la poca voluntad de algunos para evadir una adicción temporalmente sino por esa falta de empatía que les adormece la consciencia a sabiendas de que con su vicio están perjudicando a todo el que le rodea. Y su único "argumento" en defensa de su postura es "pues que se vayan a otro sitio", contestación de lo más infantil (aunque sin duda predecible). Por otro lado, aunque la queja de los propietarios es entendible y justificable desde una postura puramente económica, no la apoyo en absoluto. Ningún fin material estará jamás a la altura de un principio tan básico como el respeto a nuestros semejantes.
Pero sin lugar a dudas lo que resulta más cómico de toda esta situación es que se cojan de la mano hosteleros y fumadores para luchar por esta crisis del sector que los propios fumadores están provocando con su intransigencia irracional. Es irónico a la par que triste.
PS: Y por favor, a los liberales de turno que se limitan a criticar a la ley anti-tabaco y no ver más allá de sus narices, dejad de tratarnos a los beneficiados como borregos y personas a favor del intervencionismo estatal, que ya cansáis. Y lo de la ley sinde... en fin xD[/spoiler]