#3 No Ulmo, no.
Cuando murió mi padre, dejaron a mi madre con mi hermano y conmigo y se fueron con mi tío. El contacto siguió, pero distante. Yo con mi abuelo me he llevado bien, e incluso me dedicó un capítulo en un libro de ensayos que escribió.
Cuando murió mi abuelo, mi tío apareció pidiendo poderes notariales para que mi abuela (entonces algo senil) pudiese disponer del dinero que había en la herencia. Se le ofreció mancomunar una firma, vernos cara a cara (paella incluida), y charlar sobre ese plan de sacar el dinero de la herencia y dárselo a mi abuela antes de repartir. En aquel momento, ni mi hermano ni yo estábamos por repartir nada. Mi tío, harto, dijo que repartiésemos. Luego nos enteramos de que mi abuela le había dado poderes notariales a él; si hubiésemos accedido a que mi abuela pudiese haber dispuesto del dinero de la herencia, él podría haber hecho lo que le hubiese dado la gana. Y aun así, cuando se repartió la herencia, aparecieron cuentas bancarias de un médico con apenas unas docenas de euros (como vaciadas), y una plaza de garaje que heredamos (llena de cosas) limpita como una patena.
A partir de entonces la comunicación se reduce a decirnos que Hacienda le ha devuelto dinero a mi abuelo fallecido, y que ese dinero o se lo queda la abuela o no es de nadie (rotundamente falso). No ha mantenido el contacto más que para asuntos de dinero desde hace veinte años.
El otro día pregunté a otro tío mío por mi abuela (no será porque no he estado al lado de mi tía abuela estos años, también; y en contacto con otras ramas de la familia).
Y el otro día una vecina del pueblo le dice al hermano de mi madre, quien le dice a mi madre, que han oído por la megafonía el nombre de mi abuela. Ha debido de pasar el entierro y todo, y no nos han dicho nada. Pero no te equivoques, que no es por nuestra malicia. Lo que me toca las bolas es tener que pelear por la herencia de mi padre muerto, porque su hermano es un avaro. La vez que pasó con mi abuelo ya tuve una crisis de ansiedad que acabó en medicación y psicólogos; no me la van a volver a pegar.