La pasada semana en las playas de Hengistbury Head en el contado de Dorset, en Gran Bretaña, un niño se tropezó con una piedra amarilla de forma curiosa, con un olor muy intenso y una textura parecida a la de la cera. Se trataba de una pieza de vomito solidificado de cachalote, que yacía abandonada en la playa entre la indiferencia de los bañistas.
Charlie Naysmith, de ocho años, decidió recoger el extraño objeto y llevarlo a casa. Después de algunos análisis, Charlie recibió una sorpresa increíble: su piedra, de unos 600 gramos de peso, podría valer hasta 50.000 euros.
De hecho, el vómito de un cachalote, con el paso del tiempo y la acción de los elementos se convierte en ámbar gris, una sustancia muy preciada, utilizada en la perfumería, y que se encuentra en el estómago de los cetáceos.
La propiedad más importante del ámbar gris es la de fijar los olores, por lo que se utiliza como ingrediente básico en los perfumes. Los investigadores son de la opinión de que el vómito de ballena estuvo flotando durante varias décadas en el mar, antes de llegar a la playa y consideran improbable que otros objetos de valor se encuentren en la misma orilla inglesa.
En 2006, un descubrimiento similar causó un gran revuelo: en una playa desierta en el sur de Australia, un par de pescadores encontraron un bloque de 15kg de vómito de cachalote por un valor de más de 240.000 euros.
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