Todo era perfecto para Camela Badwah, una joven británica de 35 años que iba a celebrar su boda por todo lo alto en el Cooling Castle, cerca de Rochester (Inglaterra). Un apuesto novio, unos padres que te quieren, unos familiares ilusionados… y un indigesto trozo de cordero que convirtió en tragedia el enlace. ¿O no?
En medio del banquete, el padre de Camela, Jagan Babwah, de 73 años, se encontró mal. Empezó a tener convulsiones y claros síntomas de ahogamiento. Pese al esfuerzo de los invitados y familiares por reanimarlo, el equipo sanitario, que acudió de urgencia al castillo, solo pudo certificar la muerte del señor Babwah.
En circunstancias normales, un incidente tan desgraciado hubiera hecho suspender cualquier celebración, pero la familia Babwah debe ser de otra pasta. Así que Camela, haciendo de tripas corazón, continúo con el festejo. “Es lo que papá hubiera querido“, afirmó la ‘afligida novia’ en un medio local. Se me ponen los pelos como escarpias.
También comentó que fue un momento difícil abrir el sobre con el regalo de papá (¿y la muerte no?), un viaje a México que tuvieron que cancelar. Menos mal, porque estos son capaces de llevarse de parranda las cenizas del padre y pasearlas por Riviera Maya. Ya solo falta que celebren el funeral del señor Babwah al estilo Nueva Orleans.
Fuentes: Times New Roman, La Cibeles y 20 minutos
Bueno, dejando de lado la calidad de la redacción, me ha llamado la atención esta graciosa y a la vez trágica noticia. Aquí en España lo boda se suspendería ipso-facto, pero pensándolo mejor tiene algo de sentido lo de esta gente. ¿Qué pensáis? ¿Están locos? ¿Es su cultura y hay que respetarla? ¿Qué haríais el día de vuestra boda si algún ser querido la palma con un trozo de brocoli o la típica suegra se escoña bailando la conga? xq xq xq
pd: guardad los arpones que lo está pasando mal, la pobre mujer.