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Los radares de los túneles, listos en enero
Actualizado miércoles 31/10/2007 14:49 (CET)
CARMEN SERNA | JAIME G. TRECEÑO
MADRID.- No están únicamente en el techo de los túneles ni en sus paredes. Unas cajas blancas con varios agujeros han aparecido también en la entrada y la salida de los tramos soterrados de la nueva M-30 y serán, con toda seguridad, la mayor pesadilla de los conductores madrileños.
Los 16 radares fijos que controlarán la velocidad en los túneles de la circunvalación están ya empezando a tener forma en el recorrido de la M-30. Algunos están situados en altura (en el techo de los túneles) y otros a pie de calzada pero tienen el mismo objetivo: evitar que los vehículos vayan a toda velocidad (está prohibido circular a más de 70 kilómetros por hora) por los subterráneos.
Pero los conductores no tienen que obsesionarse aún con el acelerador. La tranquilidad les durará un par de meses ya que ninguno de los ojos vigilantes entrará en funcionamiento antes de que acabe este año.
Plazos
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid aseguraron que se necesitan todavía unos meses para terminar de instalarlos y, sobre todo, para conectarlos con el centro de control que tendrá que vigilar el tráfico en toda la circunvalación.
Los plazos no están determinados pero lo seguro es que no se emitirá la primera denuncia hasta, por lo menos, enero de 2008. Además, la puesta en funcionamiento de estos controladores de velocidad se anunciará con dos semanas de antelación y se señalizará oportunamente en la vía para que los conductores sean conscientes de que comienzan a vigilar.
El Ayuntamiento anunció en un principio que los radares estarían en funcionamiento en el mes de mayo pero la complejidad de la instalación del sistema informático y el traspaso del control de Madrid Calle 30, que cambió de Urbanismo a Movilidad, han provocado cierto retraso.
El Gobierno municipal aprobó antes de las elecciones, en Junta de Gobierno, la instalación de un nuevo sistema de control de los túneles. La inauguración de la parte soterrada no implicaba que estuviera rematado todo el sistema de comunicación dentro de los túneles. De hecho, la mayoría no funcionaba: ni la telefonía ni la radio... ni los radares.
El Ayuntamiento optó por dar prioridad a las líneas internas de emergencia y poco a poco se fueron añadiendo otras funciones, como el teléfono móvil y escuchar una emisora mientras se conduce pero todavía hay algunas zonas que permanecen en sombra.
Y ahora le toca el turno a los radares. Por ahora sólo están instalándose y calibrándose en los lugares elegidos para su funcionamiento. Al principio, los controladores funcionarán como los radares que ya están instalados en la M-30 y en el resto de la ciudad, con foto fija. Es decir, el objetivo pillará a los conductores que vayan a más de 70 kilómetros por hora en el momento de pasar por delante del radar.
Sin embargo, el sistema está diseñado para que, en un futuro, se pueda establecer la modalidad de radares de puntos intermedios. El sistema necesita colocar ojos en varios puntos de los subterráneos para que se pueda medir la velocidad del vehículo a su paso pero en función de la distancia que ha recorrido.
Estas secuencias de velocidades, unidas a la distancia que hay entre un radar y otro, establecerán si el conductor ha respetado el límite a lo largo de todo el recorrido o si, como hace la mayoría de los conductores, ha pegado el frenazo al ver el control y después ha salido disparado cuando ya estaba fuera del campo de alcance del objetivo.
Controlados por la Policía
Pero el novedoso sistema tendrá que esperar todavía más de un año para lograr su implantación completa. Por ahora, y hasta que se anuncie lo contrario, se podrá pasar por los túneles de la M-30 a más de 70 kilómetros por hora sin la amenaza de recibir una multa en casa hasta final de año.
Cuando los 16 ojos entren en funcionamiento será la Policía Municipal la que, como ocurre con los otros dispositivos que hay en la ciudad, se encargue de supervisar su buen funcionamiento.
La imagen de estos objetivos estará incluida en el Centro de Control de Pantallas de la M-30, situado en Méndez Alvaro, pero las fotos que delaten el exceso de velocidad y a los conductores denunciados serán tramitadas por Gestión de Multas, como ocurre con todas las sanciones municipales.
Lo que pretende el Ayuntamiento con el nuevo sistema de comunicaciones es habilitar todos los túneles de la M-30 para que funcionen como si no fueran subterráneos sino al aire libre.
Para la señal de radio y teléfono, el Consistorio prepara un concurso que dará cobertura definitiva a toda la circunvalación.
Se unen a los cinco fijos que ya funcionan en la ciudad
Las sanciones por exceso de velocidad en la capital le han costado a más de un conductor madrileño restar un montón de puntos de su carné de conducir y dedicar una paga 'extra' a este concepto.
El radar más recaudador de toda la ciudad es el que está situado al final del túnel de Costa Rica y que 'firma' casi el 50% de las multas que tramita el Ayuntamiento de Madrid a través de estos aparatos.
Además, hay otros cuatro radares fijos que están situados en varios puntos de la M-30 y que han llegado a 'cazar', con una foto fija, a un conductor que circulaba a más de 220 kilómetros por hora.
Pero no son los únicos puntos de control de la velocidad en la capital. La Policía Municipal tiene otros dispositivos repartidos por entradas y salidas de otros túneles, farolas y carteles informativos.
La organización Automovilistas Europeos Asociados establece como «puntos sensibles» la farola 57 de la calle de O'Donnell; las 'luciérnagas' 38 y 40 de la avenida de Andalucía, el paseo de la Castellana, a la altura del número 90; o la farola 163 de la avenida del Cardenal Herrera Oria.
En todos estos puntos se ha establecido un radar, fijo o móvil, para evitar que los conductores pisen demasiado el acelerador en puntos conflictivos para el tráfico de la ciudad.
Las sanciones por exceso de velocidad acarrean un pago que oscila entre los 92 euros mínimo (si se sobrepasa en 20 kilómetros el límite establecido) a los 400 euros como máximo (cuando la aguja del marcador supera en más de un 50% lo que marca el reglamento de circulación).
Además, las multas de los radares pueden suponer también una pérdida directa de hasta seis puntos en la cuenta particular del conductor, cuando se trate de infracciones muy graves, y de dos y tres puntos menos, cuando la infracción sea leve.