http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/3094/
Ya falta poco para el 1 de diciembre, Trichet comenzara con el principio del fin de nuestro bienestar actual de credito facil?.
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Ya falta poco para el 1 de diciembre, Trichet comenzara con el principio del fin de nuestro bienestar actual de credito facil?.
¿Una nueva crisis económica?
La teoría económica es incapaz de predecir el momento exacto en que una crisis acaecerá. En buena medida, tales fenómenos dependen, entre otras cosas, de las expectativas de los empresarios y de la voluntad del banquero central para continuar inflando la oferta crediticia.
Sin embargo, desde ayer estamos asistiendo a fenómenos particularmente preocupantes. Por un lado, Tom Barrack el más importante inversor inmobiliario del mundo, dice que está vendiendo su cartera en EEUU, ante la locura de precios actual y “porque hay demasiados amateurs dentro, que serán pisoteados”. Por otro, Los bonos usa, que constituyen el mayor y más importante mercado financiero del mundo, sufrieron anoche fuertes pérdidas, ante el temor a un posible recalentamiento inmobiliario, que se traduciría en más subidas de tipos de interés, llevando sus rentabilidades a máximos de dos años. Ayer, las cifras de ventas de vivienda de segunda mano fijaron la segunda mayor cifra de todos los tiempos. La tendencia es inquietante, sobre todo porque los mercados financieros anticipan las crisis en el resto de mercados.
Generalmente se dice que una buena parte de la demanda de vivienda la acaparan los especuladores. Esto es parcialmente cierto, la labor del especulador es comprar cuando un bien está barato (haciendo subir el precio) y vender cuando está caro (haciéndolo bajar) de manera que la evolución de los precios padece menos cambios drásticos. Ahora bien, los especuladores también pueden equivocarse: comprar cuando está caro (haciendo subir más el precio) y verse obligados a vender cuando esté barato (haciéndolo bajar todavía más).
No puede decirse que los especuladores creen la crisis, pero sí que la desatan (lo cual, de nuevo, es altamente beneficioso, por cuanto una crisis que se prorroga es es una crisis futura más intensa). No la pueden crear, porque comprar los conceptos de barato y caro no dependen, en última instancia, de los especuladores, sino de los consumidores; es decir, una mala operación perjudicará sólo a las especuladores. Pero sí la pueden desatar cuando compran y venden productos que no son rentables, difuminando la información a todos los agentes económicos.
Si, como decimos, los especuladores han anticipado mal la demanda de los consumidores, los movimientos de algunos de ellos destaparán el error de los restantes. Si una parte del precio de la vivienda está inflado por la especulación (es decir, por la expectativa de que los precios continuarán subiendo), una parálisis o reducción súbita de los mismos puede provocar la catarsis entre la demanda especulativa.
Imaginen que un sector de los especuladores empiezan a vender y la rentabilidad de la vivienda se reduce desde un 13% anual al 4%, ¿realmente interesará al resto de especuladores continuar invirtiendo en viviendas cuando otros sectores de la economía proporcionan rentabilidad superiores? La inversión en nueva vivienda caería enormemente, y los stocks de viviendas vacías que esperaban rentabilizar durante unos años más la tenencia, saldrían a la venta (haciendo caer todavía más el precio).
El problema es que una gran parte de los especuladores de nuestro país son los bancos quienes aceptan prestar nuestro dinero durante plazos exagerados para conseguir una renta anual. Pero obviamente, si el precio de la vivienda se estanca o cae, resultará preferible para los prestatarios de los bancos dejar vencer las hipotecas y que éstos se queden con una vivienda que va perdiendo valor. ¿Con qué nos dejaría esto? Con que los bancos habrían intercambiado depósitos líquidos por inversiones ilíquidas. La situación se agravaría todavía más si el Banco Central y los bancos comerciales endurecieran sus condiciones al crédito para recuperar parte de su posición de liquidez, ya que ello, en contrapartida, seguiría estimulando a las familias a que entregaran sus viviendas al banco en lugar de pagar la hipoteca.
Y aquí, de nuevo, los problemas se incrementan. Los bancos habrán transferido a los constructores los activos líquidos de sus clientes y, en su lugar, se habrán quedado con un inmovilizado que va perdiendo valor. Si los depositantes acuden al banco a reclamar su dinero, ésta no podrá proporcionárselo porque se encontrará en forma de viviendas. Por supuesto el Banco Central podría proporcionar liquidez adicional a los bancos comerciales, pero esto sólo retrasaría el problema. No olvidemos que los bancos comerciales habrán tenido que restringir el crédito, no sólo al sector de la vivienda, sino al resto de sectores de la economía. Esto significa que muchos proyectos empresariales no podrán completarse, por faltar el capital circulante necesario (con el consecuente aumento del paro). En otras palabras, se verificará entonces que una gran parte de los activos de la economía se han empleado en el sector de la vivienda y que, en cambio, otros prductos más importantes no llegarán nunca al mercado. Si el Banco Central es tan irresponsable como para compensar toda la pérdida de capital con papel, los precios en el mercado de bienes y servicios se dispararán: el capital se ha consumido, miles de ahorros de los depositarios se hallan inmovilizandos y entregarles papel sólo servirá para crear una inflación colosal.
¿Qué pasará entonces? Si los depositantes asumen que la inflación supone una pérdida de su poder adquisitivo (la pérdida que no habían querido asumir con la inmovilización de sus depósitos), aparte de que el dinero fiduciario colocaría un nuevo clavo en su ataúd, la sociedad podría volver a reestructurarse, después de sufrir la quiebra de numerosas empresas y el abandono de sectores produtivos enteros para dedicar su capital circulante a los más urgentes del momento. En cambio, si el Banco Central sigue financiando la indexación de rentas, la hiperinflación devendrá inevitable. Pero tengamos presente que, mientras tanto, se habrá experimentado un gran consumo de capital.
Con todo, es posible que el ajuste se realice de una forma menos drástica -como ya ocurrió con las telecomunicaciones- si los incrementos de la productividad compensan el menguado fondo de subsistencia. Ahora bien, no soy especialmente optimista.
La policía francesa alerta a España de que grupos antisistema pretenden extender los disturbios a Barcelona
El objetivo de los activistas sería la cumbre Euromediterránea que se celebra el 27 y el 28 de este mes
LVD - 16/11/2005 - 10.16 horas
Madrid. (Agencias) .- La policía francesa ha informado a las autoridades policiales españolas que tiene indicios de que grupos de activistas antisistema franceses tienen previsto trasladarse a Barcelona con la intención de extender a la capital catalana los violentos altercados que desde hace veinte días se registran en Francia.
Según fuentes policiales francesas, activistas del movimiento antiglobalización del país vecino vendrían a Barcelona coincidiendo con la cumbre Euromediterránea de los días 27 y 28 de noviembre. La policía francesa ha interceptado mensajes y consignas a través de teléfonos móviles entre los principales líderes del movimiento antiglobalizacion francés. Al parecer, el mensaje interceptado dice "traslademos a Barcelona la revuelta iniciada en Francia".
Por su parte, los servicios de información, tanto de la policía como de los Mossos d'Esquadra, no esconden su preocupación por el eco y efecto mimético que podría tener un incendio masivo de coches en Barcelona durante los días de la cumbre.
y continuamos siendo positivos......
http://www.elmundo.es/mundodinero/2005/11/14/economia/1131994389.html
'Trabajar más y cobrar menos'
El presidente de Anfac resumió el problema de forma clara y directa en una intervención en el Congreso de hace unas semanas para hablar de los problemas del negocio de los automóviles. Para la supervivencia del sector, afirmó Juan Antonio Fernández Sevilla, habrá que "trabajar más y cobrar menos". Unas palabras que, según Carvajal, no han hecho "ninguna gracia" entre los trabajadores.
En cualquier caso, parece que a España sólo le queda jugar con la baza de la experiencia y sus infraestructuras. "Contamos con buenos ingenieros, plantas completamente robotizadas (la mano de obra no es lo más importante) y con buena coordinación con los países occidentales", declaró Álvarez de Novales, profesor del IE.
Además, dice Luis Valero, de Anfac, los próximos cuatro o cinco años serán "importantísimos": "Tendrá lugar el proceso de renovación de gran parte de los modelos que se producen en nuestro país en la actualidad". Si España no consigue esas renovaciones, la crisis podría agravarse seriamente.