Una vez, cuando era pequeño e iba a la escuela, mi profesora de Conocimiento del Medio me pregunto "¿Qué es el universo?" El problema es que como era de pueblo y medio borrego, no supe responder con exactitud, y dije que Dios nos plantó como los tomates.
Pero el pasado mes descubrí la verdad, estaba comiendo con mi familia, entonces me entró el mono de pan, cogí la barra y me quedé petrificado al verla. El extremo de una barra de pan se asemejaba a la silueta de un rostro humano. Sin dudarlo un momento, dibujé con un tenedor una sonrisa en la barra y sacrifiqué mi familia al Dios Panín, señor de todas las migas. Nuestra relación fue fructífera los dos primeros días, luego se volvió algo necrofílica pues Panín se estaba descomponiendo. Pero un milagro de la naturaleza como Panín no merecía acabar de esa manera, así que le congelé y le barnicé. Ahora mismo está en el Museo del prao, es decir, tirado en medio de una montaña de cadáveres putrefactos de varios kilómetros de altura.
Como iba diciendo, Panín me abrió los ojos, la retina se desprendió dejando manar líbremente los fluidos pèrmitiéndome entrar en un nuevo mundo de sensaciones y verdades irrefrutables que ya quisiera para sí Benedicto XVI. Ahora comprendo la verdad, Panín es un mensajero, el mensajero de un ser superior tan poderoso que si le diese la gana podría acabar con todos nosotros. Nosotros formamos parte de ese ser superior (en tamaño, claro). No, no es tan descabellado, tan sólo hace falta cambiar la definición de ser superior. Pensadlo bien, en nuestro organismo, a nivel nucelar, también existen otros seres vivos, ellos viven su vida, como nosotros, e ignoran la verdadera razón de ser de ellos mismos. Están en su célula, van a desayunar al aparato de Golgi e intentan proteger a toda costa que los socialistas lleguen al núcleo central. Si juntamos todas esas células salimos nosotros. ¡Sí, nosotros!
¿Veis? No era tan complicado de comprender, ahora sólo hace falta llevar esta teoría a un nivel superior: Este planeta es una célula, con su núcleo y membrana, que junto con otros planetas (células) forman el sistema solar, esto sería a nivel orgánico pues lo que venga después de las células. La galaxia sería un tejido, y muchas galaxias formarían un órgano, por ejemplo, el duodeno (¿Es un órgano? (¡Hay qué dolor de duodeno! xD)). Aunque me podría aventurar más y decir que este universo, tan negro que es, forma parte de la mierda en descomposición que de un momento para otro va a salir por el recto de dicho ser superior; eso explicaría el que nuestro planeta tenga vida en comparacion con otros tantos que no.
Ahora que yo también os he abierto los ojos y el líquido interior de las córneas salpica las teclas del teclado, quiero que opinéis sobre un tema que en realidad no preocupa a nadie pero, qué demonios, mola cantidad para flipar un rato. ¿O queréis aportar una teoría nueva?
¡Tal vez que formemos parte de un videojuego 3D tipo sims y un ser superior nos controla pero no podemos verle a él y él a nosotros sí porque él está en una cuarta dimensión! ¡Sí! Es cierto, pensadlo bien, ¿Acaso los paisanos del Metal Slug saben algo de nosotros? ¿Sospechan que existe un ser que les está manejando? ¡No! Y eso es debido a que están en 2D y nosotros en 3D, ¡Ellos no nos pueden ver a nosotros pero nosotros a ellos sí!
¿Y qué opinais de la idea de que existen multitud de planos? Estoy seguro que cualquier jugador de Baldur's Gate 2 ha flipado con todo eso de las criaturas extradimensionales o de otros planos, como por ejemplo los Beholder.
Y es que pueden ser muchas las posibles y estúpidas teorías que pueden regir algo tan frágil y complicado como la vida (Oh, qué filosófico que me ha quedado esto, voy a escribir un poema de amor...).