A ver, yo soy una de esas personas que tiene un miedo irracional a los petardos y que en determinadas circunstancias condicionan mi vida por completo.
Además ocurre desde que tengo uso de razón, y los recuerdos más claros de mi infancia, aquellos donde recuerdo todo con pelos y señales, tienen que ver con determinados momentos de mi infancia donde habían petardos de por medio.
Los petardos hacen que las noches de San Juan me tenga que quedar encerrado en casa mientras todo el mundo está de celebración (soy de Barcelona y es una locura), me ha impedido ir a determinados sitios durante toda mi vida y más de una vez me he tenido que ir de algún lugar donde estaba con amigos/familia porque el random de turno empieza a dar por culo con estos.
Con todo ello quiero decir que si estos desaparecieran del planeta sería la persona más feliz del mundo, pero no puedo pretender, ni tampoco justificar, este tipo de pretensión. Lo que no podemos esperar es que en situaciones especiales la gente deje de tirarlos, ya sea en fiestas mayores, celebraciones etc. Creo que tanto yo, como los amos de los perros (soy uno de estos), debemos ser transigentes y aceptar que en momentos especiales la gente disfrute de ellos, aunque suponga un dolor de cabeza severo.
Es algo puntual, que dura un par de semanas y ya está. Hay más cosas en esta vida que dan por saco todos los días del año y bien que tenemos aceptadas e interiorizadas.