#538 Yo creo que tendría tirada, supongo que no soy el único que pese a no escribir, se los lee todos XD
Yo estoy atacado por los problemas y no puedo seguir escribiendo, pero intentaré retomarlo, lo dejé en el día 4 y tengo mil ideas sobre lo que va a ir ocurriendo a lo largo de la trama, pero no tengo tiempo para escribirlo.
subo mi dia 6 hoy de noche, que tengo examen sobre la ley de la violencia de genero, y tengo que estudiar :/
-Debido a los multiples mensajes privados recibidos en mi bandeja, tengo el deber de comunicar a quienes han seguido fielmente mi historia y a la vez agradecerles el apoyo brindado.
-Por motivos de fuerza mayor me he visto obligado en la penosa circunstancia de suspender el relato solo por esta semana, prometo actualizar todo el lunes que viene 15/032010, si me da chance pongo el dia 4 hoy, ya que lo tengo listo.
-Debo confesar que me complace escribir y hacia tiempo que no lo hacia y este thread me ha dado la oportunidad de retomar mis raices un poco enterradas XD, prometo sorprederlos a todos.
-A pachy y hamai solicito bien sea por este medio o pr MP me actualicen de la situacion, ya que me gustaria participar de lleno en los planes que estan trazando.
-Sin mas por ahora Here Leaves a Challenger...
sali2s
Yo en estos momentos estoy sin pc, pero en cuanto lo tenga arreglado pienso escribir diariamente.
A los que leeis pero no escribís, comentar al menos si os ha gustado, que así incentivais a los "escritores"
yo aun ando poniendome en forma y saqueando apartamentos, acabaré a mediados de la semana que viene ;D
Me levanté temprano, apenas eran las seis de la mañana. Esper aun dormía, saque el machete que había cogido de casa, seguramente mi padre sabia que volvería y me lo había dejado, al igual que el coche. Lo cierto es que sabia manejar muy bien un machete, mi padre me había enseñado a usarlo en combate, al igual que también me había enseñado otras muchas cosas que había aprendido en el ejercito. Solo esperaba que me sirviesen de algo.
El tiempo es oro, y aunque ahora el dinero no vale de nada, decidí despertar a mi perro para ponernos en marcha. El desayuno fue breve y escaso, apenas unos curruscos de pan de hace siglos, duro como una piedra.
Bajamos silenciosamente a la calle, mi coche estaba escondido en un garaje, me había costado un rato pero al final conseguí abrir la puerta y sacar el coche. Por la calle no había nadie, ni vivos ni muertos. Supongo que los pocos supervivientes que quedaban habían ido a la ciudadela de Jaca. Camino Castiello pasaría por cerca de allí, aunque no entraría en la ciudad. El que hubiese tanta gente junta hacia mas probable que viniesen los infectados. Además me parecía raro que nuestro gobierno se preocupase por unos cuantos civiles, lo mas seguro es que si iban allí, recogiesen solo a los pocos militares que quedaban.
El coche apenas tenia gasolina, pero volví a usar el truco del tubo, y tras unos cuanto viajes logre llenar el deposito o suficiente como para llegar a donde quería. Me costo cerca de media hora llegar a Jaca, la carretera estaba plagada de cadáveres, y lo peor fue que tuve que abandonar el coche a mitad camino, ya que un atasco me impedía continuar. Tenia que decidir que me iba a llevar, no podía coger todo lo que había metido en el maletero. Me decidí por la mochila con mi equipo de montaña, donde metí la comida que quedaba. La mochila me debía de pesar unos doce kilos, pero no me desanime, había llevado mochilas similares en algunas de las escursiones a las que iba con mi padre.
Al llegar a Jaca opte final mente por entrar a la ciudad, prefería correr el riesgo de entrar a por una moto con la que poder circular por el atasco, a continuar a pie. En las calles se sentía un aura fantasmal, el sol del mediodía brillaba con fuerza acelerando la descomposición de los cadáveres, pese a que el frío seguía siendo el típico de la época.
Poco a poco y sin apenas percatarme me fui acercando a la zona de la ciudadela, sin encontrar ningún vehículo que me pudiera ser útil. Al final de una de las calles vi como unos treinta inafectados atacaban a un grupo de personas. Estaba apunto de alejarme de allí a toda prisa cuando oí un ruido atronador, hacia mucho tiempo que no oía un ruido tan fuerte, ya casi se me había olvidado como sonaba una ambulancia. Circulaba con las luces puestas por medio de la calle no iba muy deprisa, con lo que me dio tiempo de apararme de su camino. El grupo de zombis que estaban acosando a los supervivientes comenzó a correr detrás de la ambulancia. Me percate entonces de que mi posición no era la correcta, ya que me encontraba entre los infectados y la ambulancia. Corrí lo mas rápido que pude hacia un portal y espere que ningún zombi se percatase de nuestra presencia. Esper tenía tanto miedo como yo, y comenzó a morderme el pantalón. Rompí el cristal de portal para poder meternos dentro, pero eso no hizo sino empeorar las cosas, ya que uno de los zombis se percato en mi presencia y se dirigió hacia donde estábamos, conseguí meter a mi perro dentro y darme la vuelta justo para dispararle el cargador entero al infectado, el cual se derrumbo en el suelo. Pero entonces caí en la cuenta de que había vuelto a cometer un error y todos los zombis que perseguían la ambulancia se pararon en seco y comenzaron a dirigirse hacia mí. Y yo sin una sola bala. La muerte se me acercaba con paso apresurado cuando la ambulancia realizo un derrape y se encamino de vuelta hacia donde estábamos y a gran velocidad atropello a unos cuantos de los podridos y se interpuso entre ellos y yo. La puerta del vehículo se abrió, y un hombre barbudo me invito a subir. Sin dudarlo un solo momento cogí a Esper y nos metimos, salvándonos así de una muerte segura.
El vehículo se dirigió a la ciudadela, una vez allí y con las puertas cerradas, mi salvador, mi perro y yo bajamos de la ambulancia. Centenares de infectados se agolpaban en las puertas, pero estas eran resistentes.
Mi salvador dice llamarse Pedro y pertenece a un grupo de resistencia que dirige este pequeño punto seguro, los que luchaban fuera contra los zombis eran el grupo destinado a conseguir alimento para los refugiados. Se habían salvado gracias a la intervención de Pedro con su ambulancia, al igual que yo, por lo visto aquí los militares apenas son una minoría, y muchas personas normales participan en las tareas de mantenimiento de esta fortaleza.
Ahora descanso seguro y a salvo por primera vez en mucho tiempo, no les he dicho nada todavía, pero no tengo intención de quedarme mucho tiempo aquí, sigo manteniendo mi opinión. Cuando crea oportuno dejare este lugar para continuar mi camino.
Soy una de las que no se anima a escribir pero q está enganchada a muchas de vuestras historias, asi q espero que podais sacar tiempo para escribir, estoy deseando leer más¡¡
Yo las leo y ya lo dije que entretienen pero antes habia muchas y muy parecidas, supongo que porque eran del dia 1, y entonces era normal, ahora lo siguen muy muy pocos, bueno, era de esperar que la gente desistiera, pero tan pronto?
Va animo coño.
venga, me voy a apuntar, de momento solo pongo mi introduccion, este finde pondré por lo menos un día.
El principio (Día 0)
Empiezo a escribir esto para mantener la cordura que me queda, para que si no sobrevivo el que lo encuentre sepa qué fue lo que pasó… qué más da, me vale con poder hacer otra cosa que no sea mirar por la ventana.
Todo empezó con los tumultos en Marsella y poco a poco se fue extendiendo. Italia, Suiza,
Alemania, Bélgica… Pero nadie le dio demasiada importancia, ¿para qué, si está tan lejos? ¿y a mí que me importa? Además no había información clara sobre qué era lo que realmente pasaba. Unos decían que si era gente que protestaba por la crisis y querían echar a bajo el sistema capitalista, otros que una nueva cepa de la gripe estaba causando estragos y querían medicamentos… Versiones muy dispares y totalmente alejadas de la realidad. Los habitantes de los países afectados subían fotos, videos y escribían sobre lo que estaba pasando, pero al poco rato de estar colgados la censura intervenía y los eliminaba. Aun así al rato volvían a estar colgados o aparecían unos nuevos.
Eran cosas realmente surrealistas. En ellas había personas llenas de sangre que corrían asustadas, otras que parecían estar en estado de shock, cuerpos en el suelo, gente que gritaba, pánico, desconcierto y terror. Uno de ellos era realmente horrible, una chica estaba agachada sobre un cadáver, de espaldas a la cámara y hacía ruidos raros, pero no se veía gran cosa. De repente, se queda parada un segundo y se vuelve hacia el video aficionado.
Es una escena terrible, aquella persona tenía toda la cara manchada de las vísceras del cadáver y aun conservaba parte del los intestinos colgando de su boca. Me parece estar viéndolo ahora mismo. En apenas un instante, sus ojos inyectados en sangre detectan al cámara y se levanta para ir hacia él. La cámara se mueve muy deprisa, dando bandazos, como si su portador hubiese echado a correr. De repente se oye un grito y la cámara da un bote contra el asfalto. Se queda grabando un punto fijo, la calle llena de gente corriendo, nadie la recoge. Los gritos siguen un rato, después alguien tropieza con la cámara y está se rompe, corte en negro.
Los presidentes tuvieron que ver la muerte pisando sus sombras para que cerraran las fronteras. Pero ya era demasiado tarde, el virus estaba dentro de todos los países. En España su avance fue alarmantemente rápido: bajó por la frontera francesa, cruzó el estrecho en patera y poco a poco fue colonizando toda la península. Al final solo quedaron unos reductos dispersos, defendidos por militares: los llamados puntos seguros.
Me gustan mucho vuestras historias , os animo para que sigais escribiendo. Parace que lo dejais todos en el dia 5
Día 9
Me despertó Pedro, mi salvador, era un nuevo día y teníamos trabajo que hacer. El estar aquí no me iba a salir gratis, debía trabajar como el resto. Esperanza se quedaría con una muchacha de dieciseis años que había llegado aquí de manera similar a la mía, perdida y sin nadie a quien acudir. No estaba seguro de cuanto tiempo iba a quedarme aquí, además no creo que me den comida y munición para marcharme hacia una muerte segura.
Mi primer trabajo consistía en aventurarme con un grupo de exploración a conseguir algo de combustible para la ambulancia. En mi grupo estábamos cinco personas, uno de ellos era un antiguo compañero de mi padre, habían trabajado juntos hace varios años. Era el único que sabia manejar un arma, llevaba una G36 y repartió una escopeta a otro de los miembros. Al menos no estábamos indefensos, a mi no me dejaron llevar ningún arma de fuego, pero me ate mi machete al cinturón.
Salimos por la parte de atrás de la ciudadela, los infectados solo se agolpaban en la parte delantera. Sin hacer nada de ruido nos acercamos hacia la gasolinera más próxima, conseguimos extraer unos cuantos recipientes, de tedas maneras no es suficiente. Tratamos de hacer lo que hice yo con el tubo, pero así apenas conseguimos llenar uno.
Camino de vuelta, hicimos una breve parada, los bidones pesaban mas de lo que parecía. Paramos cerca de la estación de autobuses todos estábamos cansados, por lo visto hacia tiempo que nadie en este mundo dormía bien, el insomnio se había extendido mas rápido que la infección. Todos nos sentamos en el suelo, excepto el hombre de la escopeta, el cual comito el error más estúpido de su vida, y el último. Se sentó encima de uno de los coches que estaban aparcados y su alarma comenzó a sonar, era cuestión de segundos que una oleada de infectados viniese.
Nos apresuramos en meternos dentro de uno de los edificios circundantes, forzamos la puerta con facilidad, dejándola abierta. Subimos lo mas arriba que pudimos, hasta el quinto piso y nos metimos todos dentro. El militar y otro de los hombres se apostaron ante la puerta para contener a los infectados cuando estos llegasen. Todos estábamos muy asustados. Al poco de entrar, empezamos a escuchar los rugidos de una inmensa muchedumbre de podridos, les oímos llegar y rodear el edificio, oímos como muchos de ellos subían las escaleras y se acercaban hasta donde estábamos, y finalmente oímos sus horribles gritos al otro lado de la puerta mientras intentaban derribarla.
El hombre de la escopeta se sentó en el suelo y comenzó a llorar, se había derrumbado, vimos como se sacaba una pistola de una tobillera y como la cargaba.
-¡¡No pienso convertirme en uno de ellos!!
Antes de que pudiéramos impedirlo se pego un tiro en la cabeza. Su sangre salpico toda la habitación y dejo un inmenso charco en el suelo. Una arcada me sacudió y comencé a vomitar. Estábamos a punto de morir, y la única salida era hacer lo mismo que él.
Procure no derrumbarme y temblando de pies a cabeza cogí la escopeta, no sabia si tendría fuerza para dispararla, pero no me quedaba otra opción.
La puerta estaba a punto de ceder, los demás miembros del grupo fueron para ayudar, y el militar empezó a mover muebles y a ponerlos delante de la puerta. Yo fui hacia la cocina con la escopeta en la mano, me sentía del todo impotente, y todo para conseguir unos putos bidones gasolina que no nos iban a servir de nada. En este mismo instante se me ocurrió una idea completamente absurda, pero era una idea y teniendo en cuenta la situación era o único que se me ocurría.
Agarre los botes de gasolina y los empecé a derramar por toda la habitación y sobre todo por la puerta, el militar trató de pararme pero al final opto por seguir mi absurdo plan, cogió el resto de botes y los tiro por los muebles que sostenían ahora a los zombis, muchos de los cuales empezaban a asomar sus extremidades por dentro de la habitación, los cuales también fueron rociados.
El militar se arrodillo frente a la puerta con su arma lista para abrir fuego, en cuanto la puerta terminase de ceder. Otro de los miembros del grupo me arranco la escopeta de las manos, algo que agradecí, ya que no sabía usarla y estaría mejor en sus manos.
Yo extraje el machete de mi padre y me dispuse a pelear, por primera vez en mucho tiempo había perdido todo el miedo, me invadía una sensación de furia, furia contra estos cabrones que me lo habían arrebatado todo y que ahora trataban de acabar con migo. Además el hecho de saber que iba a morir de todas formas me ayudo.
La puerta terminó por ceder, el militar abrió fuego a discreción y cuando la primera bala produjo una chispa, el infierno se desató, todos los infectados estallaron en llamas y perdieron la orientación. Los primeros quince o veinte zombis cayeron bajo el fuego de mis compañeros, pero al poco ambos se quedaron sin munición y se lanzaron en una lucha cuerpo a cuerpo. Ví como los primeros infectados mordían al militar en el cuello y le arrancaban media cara de un mordisco.
Uno de los zombis se aproximó corriendo hacia mí, pero el hombre de la escopeta me lo aparto de un culatazo. Tenía el machete en la mano, pero no estaba seguro de poder usarlo.
Vi como otro de los zombis le mordía en una pierna al hombre de la escopeta, y como el otro que quedaba caía bajo el ataque de otro podrido. Me quede solo en compañía de los podridos. No quería morir así, la habitación estaba en llamas y los zombis estaban entretenidos devorando los cuerpos de mis compañeros. Decidí esconderme en el baño, el humo se filtraba por debajo de la puerta, había echado el pestillo y algunos infectados comenzaron a arañarla.
Me estoy intoxicando, y no estoy seguro de poder mantener la conciencia durante mucho tiempo. Seguramente el humo acabara con mi vida antes de que puedan hacerlo los infectados, algo que me tranquiliza.
Ahora escribo estas últimas líneas esperando algún tipo de milagro, mientras mis ojos se cierran sin poder hacer nada por evitarlo, me aventuro hacia el sueño eterno, de manera mas apacible que mis compañeros.
a mi la verdad esque esto me gusta bastante, intentare no dejarlo XDDD
tengo ahi un pequeño hueco de varios dias porque se me jodio el ordenador, espero poder seguir escribiendo mucho mas tiempo
Día 9 parte 2
Las imágenes se suceden en mi mente como si estuviese en medio de un sueño, no se si continuo vivo, vuelvo a oír el ruido de una ambulancia a lo lejos, oigo también el rugir de los infectados y el sonido de disparos. Tras una cortina de niebla empecé a distinguir las llamas que inundaban la sala, chorros de sangre que volaban en todas direcciones. Me estaba moviendo, alguien me llevaba en brazos. El milagro se había cumplido.
Uno de los hombres que estaban tratando de abrirse camino entre la horda de infectados lanzo una granada, el ruido me dejo una importante sordera en uno de los oídos, ahora solo oía un pitido y el tumulto se me antojaba lejano.
El hombre que me sostenía tropezó y me caí al suelo, fui capaz de incorporarme y tratar de huir a gatas de este infierno. El soldado me puso en pie agarrándome por los hombros y me llevo fuera de la habitación. Escaleras abajo, estaba teniendo lugar una batalla campal, unos quince soldados retenían a un grupo de unos cincuenta infectados, las balas corrían de un lado a otro del edificio, y el incendio se había propagado por todas las habitaciones, las escaleras actuaban a modo de chimenea por lo que teníamos todas las de perder. Bajamos rápidamente y salimos a la calle, fuera no habían casi infectados, nos dirigimos a toda prisa hacia la ciudadela, el resto del equipo de salvación nos seguía tratando de mantener a los zombis a distancia.
Con la cabeza ya despejada fui capaz de dar los últimos pasos que nos separaban de la fortaleza solo. Tras cruzar las puertas esta se cerraron y quedamos definitivamente a salvo.
Tenía la cara abrasada, el fuego debía de haberme alcanzado cuando estaba inconsciente, no había sentido dolor, hasta ahora. Me sentía completamente débil, me fallaron las piernas, y caí definitivamente al suelo, perdiendo de nuevo la consciencia.
Desperté horas mas tarde, tenia toda la cara y un brazo vendados, trate de incorporarme pero las quemaduras me produjeron un aguzante dolor. Al lado estaba sentada la muchacha de dieciséis años junto con mi perro, el cual me alegre de volver a ver.
La chica me hablo acerca de lo sucedido esta mañana, por lo visto el incendio había llamado la atención de los vigilantes de la ciudadela, y habían decidido enviar a un equipo de rescate a ayudarnos, yo había sido el único superviviente.
La ambulancia se había llevado a todos lo infectados de los alrededores del edificio, permitiendo así la entrada del equipo, que combatió contra los zombis que quedaban en su interior.
Ella había cuidado de mí, desde que regresé. Habían gastado los últimos vendajes y antibióticos del botiquín, aun a riesgo de que estuviese infectado. Apenas había estado hay tumbado unas tres horas y necesitaba descansar mas, ella cuidaría de mi. Pregunte también si alguien mas había resultado herido, ella me dijo que habían muerto tres soldados intentando rescatarme. Como iba a mirar a las caras de sus compañeros cuando los caídos se agolparan ante la puerta de la ciudadela en forma de infectados. Ya no podía irme de aquí, no sin compensarles por lo que habían perdido por rescatarme. Me convertiría en alguien de provecho, lucharía, pero esta vez de verdad.
Mañana será un nuevo día, Melisa, así se llama ella, me a dicho que estaré mejor, que las quemaduras no son muy graves. No volveré a ser el mismo después de esto, la parte derecha de mi cara esta completamente abrasada, y mi brazo igual.
Un dato asi de paso.. Llevo unos 4 dias sin postear. No es casualidad. No lo he hecho porque en mi historia no he podido hacerlo, y estoy (bueno, mi personaje) en apuros, es lo mínimo que se podria decir.
Pero esta noche os enterareis del porque.
Tengo una pregunta: Por motivos de examenes y tal no he podido animarme a escribir en este thread y tengo preparado algo muy bueno (soy un super fan de esta temática). Puedo empezar ahora con el día uno e ir poniendo capitulos hasta poner a la par de vosotros??? O tengo que empezar por el dia en que esteis y hacer un microrresumen de lo acontecido hasta ahora en mi personaje? Es que me gustaría meterme en el papel y hacerlo perfect.
Dia 9
Suena en mi cabeza una y otra vez ... Melodia infernal que me esta llevando a la locura al igual que ellos..
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creo que estoy encaminado hacia la muerte. lentamente, dolorosamente, hasta caer en el olvido en medio de un pueblo perdido, el tambien olvidado de los mapas.
Me encuentro en un pueblo del que desconozco el nombre, en medio de un bosque maldito, y lo que parecia ser en un primer tiempo una amabilidad aparente tenia un fondo mucho mas oscuro y tenebroso.
Al amanecer tras haber sido rescatado por el joven que buscaba desesperadamente a su perro y llevado al albergue del pueblo, pase una noche dulce y tranquila, quizas la última de mi vida.
A la mañana siguiente, me despertó el ruido del tractor del propietario del albergue que habia ido a remolcar la furgoneta de Eddie, dejada en el camino la noche anterior, acompañado del chico del perro.
Baje a verle y agradecerle su amabilidad. Me comentó que le echaria un ojo al motor para que pudiera seguir mi camino lo antes posible.
Le dijé que mientras tanto iba a dar una vuelta por el pueblo ya que al parecer este pueblo parecia estar apartado de la locura mundial y de la infección. Casi llegue a olvidar esta maldita infección por un instante.
Dios, deberia haber seguido caminando la noche anterior, aunque sea por esos frios bosques, en vez de venir a parar aqui.
El albergue se encontraba un poco apartado del pueblo en si, que de todas maneras no venia a ser mas de una decena de casa contadas, y como lugar de "reunión" de sus habitantes un bar en la plaza central. Al coger el camino que llevaba a esta plaza , llegue a una especie de pequeña granja abandonada en la cima de una colina, desde la cual se escuchaban chillidos de agonia y susurros.. Me acerque lenta y sigilosamente y desde el agujero dejado por una placa de madera rota observé algo que no me podia creer.
4 o 5 habitantes del pueblo estaban en la granja, y atados con cadenas al suelo , 3 de esos monstruos no muertos, 3 infectados... Y esos campesinos alcanzandoles una cria de cerdo para que uno de ellos la devorase.
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Estaban alimentando a esas bestias.. Las tenian encadenadas como si de animales se tratasen y quisieran "adiestrarlos" en vez de acabar con ellos.
Sali corriendo por el camino rezando para que no se dieran cuenta de mi presencia. Antes de darme cuenta habia llegado a la plaza del pueblo.
Entré en el bar, donde se encontraban unos veinte locales.
Apenas pasé la puerta que se hizó el silencio.
Por una parte trate de pensar que esa reacción era bastante "normal" en un pueblo tan pequeño ya que "los de fuera" siempre suscitan cierta desconfianza.
Intente mantener una compostura natural a la vez que me acercaba a la barra a pedir un gran vaso de agua. Estaba muy deshidratado y me sentó de maravilla. No habia vuelto a beber nada desde que abandoné la cocina del aeropuerto.
Sin mediar palabra el camarero y sin la menor muestra de expresión en su cara me dió el vaso de agua...
La siguiente escena que presencié iba a marcar el principio del fin para mi, mi pase hacia la locura
Salí por donde entre sin que nadie se percatará de nada, la locura de estas personas estaba tal que no creo que aparte del camarero se hayan dado cuenta realmente de que habia entrado. Seguia escuchando esta música una vez fuera mietras resonaban sus pesados pasos de "baile" en la madera desgastada del suelo del bar.
Decidí volver hasta el albergue y pasara lo que pasara con la furgoneta coger mis cosas y largarme de allí.
PAsada la colina donde se encontraba la granja abandonada y que separaba el pueblo del albergue, la única escena que me quedó grabada fue...
Y despues, la nada. Todo negro.
volvi a recobrar el conocimiento atado completamente a la cama del albergue, con ropa de hombre pero que no era mia, y un terrible dolor de cabeza, podia notar sobre mi rostro sangre que ya se habia secado...
El miedo se apoderó de mi. Esas personas estaban locas, locos y trastornados y entendí una terrible verdad.
Habia algo peor que unos seres agresivos, hambrientos de carne humana y fuera de control. Otros seres agresivos fuera de control con conciencia propia y capacidad de ser sádicos intencionadamente.
Pasaron horas hasta que finalmente escuché la puerta del albergue de nuevo. Don Manuel entró en la habitación y me dijó:
-"Sabia que volverias aqui Roberto.. He guardado tu ropa eh ! lo has visto no ?
Has tardado en volver hasta aqui hijo , pensé que nunca volveria a verte.. Pero ahora que estas aqui de nuevo no volveras a irte !! No me romperas el corazón de nuevo, hijo.. Mi viejo corazón de padre no aguantaria esto otra vez. En un rato cenaremos, vendré a buscarte."
........."Roberto" ? quien es Roberto ?
En la cena de esa noche, le suplque que me dejará ir, que yo ne era "Roberto" , yo no era su hijo. Su única respuesta entre risas siempre ha sido
-"vamos Roberto, ya no eres un crio ! jeje, se han acabado las bromitas!!"
Han pasado dias. Estoy encerrado sin posibilidad de salir de la habitación de "Roberto", tan solo me desencadena para cenar, y alguna noche ver las series americanas de los 70s en su vieja tele en el salón, pero siempre con su escopeta a mano.
Este hombre esta igual de loco sino mas que todos.
Soy rehen de un padre que ha perdido la mente seguramente tras la muerte de su hijo.
Este pueblo no mata a las bestias, las adiestra...
Lo único a lo que accedió fue a dejarme mi diario, y un lapiz.
Quizas no vuelva a tener libertad. Quizas este condenado a ser el rehen de un desequilibrado el resto de mis dias...
Pero mientras tanto, siento como la locura poco a poco se apodera de mi ..y no puedo parar de escuchar en bucle en mi cabeza esta melodia del infierno cada vez que cierro los ojos, cada vez que parpadeo...
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#566 Por un momento lo de la granja pense que era de la pelicula "ZombieWars" (De serie Z, no se puede catalogar B ni de coña, era muy muy mala ) y ahi trozos de tu relato que se parecen un huevo xDDD