Un servidor que aquí escribe, cual pajarillo colorado malsonante por una bala desangrado, estuvo sentado como hombre poderoso en una silla entronado. Yo, con mis reinos heredados que se extendían a mundos sin apenas descubrir y sirvientes esclavizados, tuve entre mis manos un cetro bañado en sangre y oro. Todos me alababan, me lamían los pies, incluso me hubieran lamido otra cosa si pedidolo hubiera. Intenté parecerme a ése gran rey que esperaban todos. Durante dos primaveras lo conseguí, un reino pacificado y en expansión por tierras lejanas con ingresos constantes de oro que malgastaba en lujosas fiestas con reyes enemigos que no parecíanlo. Mi mayor anhelo era conseguir un reino poderoso como el de mi padre y abuelo. Un reino al que los demás tuvieran respeto y miedo.
Todo iba bien, hasta que en una de las ya normales fiestas de palacio, en que embajadores de enemigos en paz ansiosos cual perro ladrador de morder aunque sea para hacer magulladuras, un error cometí que marcaría mi final como autoridad. Todo ocurrió por una gran estupidez, yo, como rey supremo me estaba beneficiando a la mujer de un señor de la alta nobleza. Toda la corte lo sabía y el noble conde debía saber algo. Él era un hombre poderoso económicamente aunque dependía de las rentas del reino. Baco parecía del vino que había bebido, su ira iba en aumento desde que empecé a bailar con su esposa en el centro de la sala. Disfrutaba con su humillación. De forma inesperada decidió acercarse a mi con aire furioso, se quitó el guante y me retó a un duelo. UN DUELO!! A SU MAJESTAD!!! Todos estaban anonadados, habían retado a Su Majestad!! Que debía hacer?? Mi educación desde niño nunca se había centrado en la espada, un servidor es más de pluma e inteligencia.
No se me ocurrió otra cosa que decir: "Pardiez! Haré que te maten y nunca más tu familia tendrá eses título de nobleza". Mi contestación según mis consejeros fue la correcta, un rey no se puede humillar a tribalidades de guerra y debía tener autoridad. Mi gran error fue decir esa terrible palabra!! Cómo pude haberla mencionado?? Mis palabras se extendieron por toda la corte y por toda la capital de mi reino. Un rey para sus ciudadanos es un ejemplo a seguir, NUNCA debe rebajarse a actuar como un plebeyo. Un servidor, en cambio... lo había hecho... Cuando salía con mi carruaje por mi ciudad todos se reían de mi, yo había perdido mi autoridad, pero lo que ellos habían perdido era mucho más, habían perdido su ejemplo a seguir, su rey... se comportaba como un simple plebeyo...
Desde aquel día, yo y los nobles conmigo dejamos de ser su ejemplo a seguir, se habían dado cuenta de que no éramos más que simples plebeyos con poder y dinero y no un puesto merecido por los superiores conocimientos y valores. El pueblo llano, desde aquel día prefirió tener como ídolos a los pícaros, personajes literarios que representaban al antihéroe, obras muy populares en aquellos tiempos. Tener a un ladronzuelo como ídolo!! dónde se ha visto eso?? Pero en aquel momento no le dí importancia, ya que al fin y al cabo seguían siendo mis súbditos y me obedecían aunque ya no me idolatraran.
Ahora, en mi reencarnación me doy cuenta de lo que marcaron mis actos en el pasado. YO, fuí el culpable del carácter del español actual, y realmente... no me siento orgulloso.
