Tenía 15 años y lo único que estaba haciendo, como en tantas otras ocasiones, era hablar por teléfono desde su móvil en un parque de Londres (Reino Unido) un día de tormenta. Sufrió una parada cardiaca, pero ella no se acuerda de nada. Los equipos de emergencia lograron resucitarla. Un año después del suceso, depende de una silla de ruedas para moverse y sufre graves problemas físicos, psíquicos y emocionales. Además padece una perforación persistente en la membrana del tímpano izquierdo con pérdida de oído en el mismo lado en el que tenía el teléfono aquel fatídico día.
Así comienza una cartas publicada en el último número de la revista B'ritish Medical Journal'. Tres otorrinolaringólogos firman el artículo en el que insisten en que cuando un ser humano es alcanzado por un rayo la alta resistencia de la dermis provoca que toda su energía sea conducida a través de la piel por todo el cuerpo. Este fenómeno no suele causar víctimas mortales. Pero los materiales conductivos en contacto directo con la dermis como los objetos metálicos o los líquidos interrumpen este tipo de flujo provocando daños internos graves asociados a una alta morbilidad y mortalidad.
«Por lo que nosotros sabemos, ningún caso similar a éste ha sido recogido en la literatura científica. Sólo se conocen tres fallecimientos por uso de móvil durante una tormenta registrados en China, Korea y Malasia y recogidos en los periódicos locales. Es necesario educar a la población para que evite el uso de móviles al aire libre en los momentos de tormenta debido a las graves consecuencias que puede acarrear.
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2006/670/1151704807.htm
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