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Nunca llores por un amor muerto,, Ya que rara vez el amor es verdadero., Él cambia sus ropas del rojo al azul,, Y del más brillante azul al rojo,, El amor ha nacido a una muerte prematura,, Y rara vez es sincero., , Entonces no ancles tu sonrisa, En su pálido rostro descarnado,, Para exhalar el más profundo de los suspiros., Las palabras justas en labios sinceros, Pasarán, y sin dudas morirán;, Y tu estarás sola, mi querida,, Cuando se desaten los vientos invernales., , Nunca lamentes aquello que no puede ser,, Pues este Dios no regala dones., Si el simple sueño del amor fuese cierto,, Entonces, dulzura, estaríamos en el Cielo,, Pero aquí sólo hay tierra, mi querida,, Donde el verdadero amor rara vez crece. . .