La deuda de la ciudad es de 18 millones de euros (4.500 euros por vecino), una dura losa que el Consistorio arrastra por la gestión del anterior alcalde, Antonio Sánchez Fernández, imputado en el caso Púnica. La trama campó a sus anchas en la localidad, amañando un contrato de eficiencia energética que hipotecó a la ciudad (4,7 millones durante 15 años) y falseando facturas para pagar el servicio de deportes, adjudicado a una de las empresas del cabecilla, David Marjaliza.
Las cuentas no cuadran en Serranillos. La deuda es de 18 millones de euros: diez millones que se adeuda a la Seguridad Social, Hacienda, bancos y proveedores; seis millones en expropiaciones, rehabilitaciones y permutas urbanísticas "que creemos que son irregulares y vamos a llevar a la Fiscalía"; y dos millones que el Ayuntamiento debe pagar en sentencias judiciales y costas. En 2011 el presupuesto municipal era de 5,5 millones; el de 2016 es de 3,8 millones. "Necesitamos tres presupuestos anuales solo para pagar la deuda viva, la de Hacienda, bancos y proveedores. Así es muy difícil", sentencia el alcalde, que explica que este año el ajuste es de 500.000 euros, "aunque no es suficiente".
No gusta reducir el sueldo a trabajadores, pero cuando los ladrones de siempre han arruinado el pueblo entero hay que hacer sacrificios.