<B># Una empresa ofrece sus películas dedicado a este colectivo.
Se valen del uso de la lengua de signos o los bocadillos.
Su promotor señala que también puede atraera a oyentes.</B>
No es difícil comprobar por uno mismo lo que sienten miles de personas con problemas auditivos. Basta con poner una película porno y quitar el volumen. Se deja ver, pero no excita lo mismo.
Este es el problema con el que se encuentran miles de personas sordas o con graves deficiencias auditivas, que nunca en su vida han podido disfrutar de las historias que narran las películas porno. Por no hablar de los gemidos y gritos que ayudan a crear ambiente en las escenas propias del género.
Alguien ha decidido aprovechar este hueco de décadas y crear porno para sordos. Deaf Bunny es el nombre de la empresa estadounidense que se ha lanzado a este mercado virgen.
Deaf Bunny emplea a sordos como actores y actrices para sus películas porno, señala Dino Capone, fundador de la productora, en una entrevista con Wired.
En las películas se pueden ver diálogos en lengua de signos, expresiones mediante gestualidad propia del colectivo e incluso bocadillos sobreimpresionados en los que se colocan las exclamaciones de las escenas más encendidas.
Con todo, Capone defiende que las películas que producen y distribuyen no se dirigen sólo a los sordos, sino que cualquier persona puede disfrutar de un modelo de porno que, pese a la enorme variedad de subgéneros, hasta ahora no había sido explotado.