El Ayuntamiento de Madrid tritura por error el testamento de Carlos III y todo el padrón municipal
La frenética actividad que vienen desarrollando los ayuntamientos del Partido Popular para deshacerse de documentos “sin interés alguno” mediante diversos procedimientos, como el de la trituradora de papel, la pira, el vitriolo, o la ingesta, acaba de tener su primera y fatal consecuencia en el Ayuntamiento de Madrid.
Según las primeras informaciones llegadas a esta redacción, la consigna “Venga, coño, venga”, lanzada por la alcaldesa Ana Botella a todos sus hombres de confianza el día después de las elecciones del 24-M pudo ser interpretada por algunos de ellos con demasiada vehemencia.
Al parecer, más de cuatro millones de folios con los datos del padrón municipal, además del testamento íntegro de Carlos III, fueron triturados en tan solo dieciocho minutos por un concejal que también decidió pasar por la máquina su corbata, la camisa, los calzoncillos y su ticket del parking. Se cree que un recalentón de la propia máquina, que hizo saltar las trescientas cuchillas rozando milagrosamente la yugular del concejal, pero decapitando a tres bedeles, evitó que se triturase el legado de Cervantes en toda su extensión.
También en Valencia las máquinas trituradoras acapararon el lunes la mayor demanda de electricidad de toda la provincia, tanto es así que la mitad de los ascensores de la ciudad estuvieron detenidos durante más de dos horas.
Greenpeace ya ha denunciado a España ante la Unión Europea. “La Naturaleza no puede reabsorber de golpe toda esa celulosa”, han asegurado. “Y menos si está llena de mierda”, añaden