Yo fui siempre a escuela pública, y vi de todo. Tuve un tutor excelente en 5º y 6º de la EGB, muy exigente de dar disciplina casi a la antigua (llegaba a dar ligeras pero humillantes collejas y tirar de la oreja) pero al que la mayoría de la clase tenía un gran aprecio. Hizo todo lo posible por meter en vereda a gente que pasaba de todo, incluso alguno que ni los padres ayudaban a que el chaval saliera adelante.
Al acabar 6º le regalamos entre todos una camiseta del Oviedo firmada por los chavales de la clase y se le saltaban las lágrimas, es el profesor al que mas cariño le tengo.
Tuve otro de historia, ya en la ESO, que explicaba todo genial, hacía las clases super amenas teniendo que dar temas que nos sudaban los huevos.
Ya haciendo un módulo de informática, el tutor no sólo controlaba un huevo de sistemas, había trabajado en el sector unos cuantos años. El tío se hacía respetar sin faltar a nadie ni dar voces y se molestó con los que tenían interés de trabajar, de buscarnos plaza de prácticas en empresas que estuvieran interesadas en contratar. Se entrevista con las empresas y acompaña a los chavales a las entrevistas también, acercándoles en coche si hace falta.
Por el otro lado tengo a uno de matemáticas en 1º y 2º de la ESO, años clave (creo) para la formación en la materia, que daba clase para los de delante y cagaba para los demás, la gran mayoría pasamos curso sin tener ni puta idea de matemáticas (algo que pagué luego en cursos posteriores). El hijoputa olía a pescado podrido también, le llamaban Pescadilla o Capitán Pescanova.
Recuerdo también que en la EGB cambió el curriculum y tuvieron que darnos clase de inglés. Lo hizo una señora ya entrada en años que recibió un curso en verano para poder dar la clase. Había un crío en clase que la corregía todo el rato, porque no tenía ni idea la probe. Lo intentaba, eso sí.
También una de redes en el módulo, que directamente preguntó por un repetidor el primer día de clase para que le diera los apuntes del año pasado (de un repetidor!) para dar clase con ellos, porque no tenía otra cosa. Se sentaba a la mesa y podía estar 30 minutos sin hablar ni hacer nada, y nosotros esperando (o jugando al counter).
RPV: Me he encontrado profesores a los que les debo mucho, y profesores que no debería ejercer.