Cientos de vecinos de Jumilla causan destrozos y asaltan el Ayuntamiento en protesta por los delitos
Se enfrentaron a golpes y lanzando tomates y huevos a los guardias que intentaban frenarles con equipo antidisturbios.
GUILLERMO HERMIDA/JUMILLA
Toda la ira, la impotencia y la desesperación del pueblo de Jumilla por los recientes sucesos relacionados con la seguridad y los inmigrantes se transformó, ayer mañana, en una oleada de violencia que cercó el Ayuntamiento, en el que se celebraba una reunión de la Junta de Seguridad Local presidida por el delegado del Gobierno en Murcia, Ángel González.
Cerca de 1.200 vecinos se concentraron frente al Consistorio para esperar al delegado, que apenas pudo intercambiar algunas palabras a su llegada, a mediodía, con representantes de la asociación Madres de Jumilla, que actuó como impulsor de la protesta, a priori, pacífica. Pero poco después, el polvorín estalló.
Después de la violación múltiple por parte de varios magrebíes de una joven de la localidad, y los graves incidentes del pasado sábado, en el que un grupo de jóvenes se enfrentó con varios inmigrantes latinoamericanos, a los que finalmente acorralaron en el cuartel de la Guardia Civil, los ánimos estaban muy exaltados. Y ocurrió «lo que tenía que acabar ocurriendo», según palabras de Mercedes Cruz, portavoz de Madres de Jumilla.
«Que hable al pueblo»
Un grupo de un centenar de vecinos asaltó el edificio consistorial y trató de llegar hasta el lugar de la reunión para exigir al alcalde, Francisco Abellán, que «hablara al pueblo». La Guardia Civil se vio desbordada y sólo la llegada de una unidad antidisturbios puso algo de orden. Apostados a la entrada y después de desalojar parte del edificio, los guardias recibieron el lanzamiento de decenas de huevos, tomates y otros objetos contundentes.
Las iras de los vecinos, entre los que ya se encontraban varios grupos de alborotadores de corta edad, se cebaron entonces con dos coches (un todoterreno de la Guardia Civil y un radiopatrulla de la Policía Local) que estaban aparcados en la puerta y que quedaron destrozados.
Algunos vecinos lograron en el primer envite alcanzar el balcón consistorial, donde arrancaron las banderas que ondeaban en él y las arrojaron a la calle. La Guardia Civil salvó in extremis las enseñas nacional y de la Comunidad Autónoma, que iban a ser quemadas.
Los incidentes se prolongaron hasta pasadas las 16 horas. Unos minutos más tarde, González abandonaba fuertemente escoltado el Ayuntamiento. Un grupo de vecinos le increpó a su salida.
El alcalde sólo pudo abandonar el edificio sobre las 17 horas, tras disolverse la protesta. Pese a la violencia del asalto, y la contundencia de la respuesta, no hubo que lamentar heridos. La Guardia Civil no practicó detenciones.
Fuente: http://www.laverdad.es/murcia/pg050720/prensa/noticias/Region_Murcia/200507/20/MUR-REG-000.html
Viva ZP y la inmigracion descontrolada !!!