Os dejo la noticia que me ha dejado frio:
Los videojuegos, entre las «adicciones sin sustancia» a combatir por el PSOE
En Meristation son gente seria, no pun intended, y han estado hojeando el programa electoral del PSOE. En él, han encontrado una única mención a los videojuegos: en la página 90, donde se propone ampliar las competencias del Plan Nacional sobre Drogas «a fin de abordar el reto de las adicciones sin sustancia», entre las que se listan los videojuegos.
Sounds like a party: entre la ludopatía, la red y las «nuevas tecnologías» (sic), los videojuegos hacen su único acto de presencia en el programa electoral socialista de forma francamente negativa. Antes de que algunos empecéis a dibujarle cuernos y tridente a Rubalcaba, recordemos que Jesús Aguirre, senador del PP por Córdoba, pidió hace algo más de un año «la elaboración por parte del Gobierno de una estrategia nacional que aborde medidas preventivas a adicciones como las relativas a nuevas tecnologías, internet, juego o sexo, entre otras». Aguirre consideraba que «las personas que sufren tecnofilia tienen fe ciega en las nuevas tecnologías y las consumen de forma indiscriminada. Son adictos a los móviles, a los videojuegos, cibersexo, redes sociales, ciberpóker, etc.»
¿Puede ser uno adicto al cibersexo? Vaya, sí. ¿Y al ciberpóker? Ya lo creo. ¿A los videojuegos? Sin duda: no creo que nadie lo vea imposible. ¿Está el gobierno poniendo a los videojuegos una etiqueta que dice DROGA en todos los videojuegos tan pronto como salen de la fábrica? No lo creo; lo que sí es cierto es que esta noticia no va a hacer gracia a muchos, y tampoco va a ayudar a mejorar la imagen del videojuego como bien cultural válido. A partir de aquí, el debate está abierto.
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