La resistencia del pueblo iraquí, frente a la sanguinaria y anexionista ocupación yanqui, manda a un niño de entre 10 y 13 años cargado de explosivos a lanzarse contra un jefe de la policía iraquí. El niño ha muerto aunque su objetivo sólo ha quedado herido.
Los rebeldes se han visto obligados a utilizar a un niño como bomba volante. Esto no hay que interpretarlo como una muestra de salvajismo, sino entenderlo desde otro enfoque cultural, donde también hay que tener presente el hambre, la incultura y el aislamiento de internet, que hace que la miseria empuje a uno a matar a sus hijos usándolos como kamikazes.
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/11/01/internacional/1130832025.html